domingo, 30 de octubre de 2011

PALABRA DOMINICAL DEL OBISPO DE QUERÉTARO: XXXI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO


EL RETO DE SER TESTIGOS CREÍBLES

Palabra dominical de Mons. Faustino Armendáriz Jiménez, Obispo de Querétaro.

En esta parte del evangelio de Mateo, tenemos un discurso de Jesús dirigido al pueblo y a los discípulos; con un juicio demoledor y en un clima claramente polémico, Jesús critica los aires de grandeza, superioridad e incoherencia, a los maestros de la ley y a los fariseos. Mateo insiste en ello probablemente porque en su comunidad comenzaban a aparecer también esos signos en algunos que aceptaban gustosos títulos de honor. Por eso  se subraya el señalamiento: “no hagan lo que ellos hacen”.

 Las actitudes incoherentes que se señalan y que han de evitar son: decir y no hacer, obrar sólo para ser vistos y buscar siempre ser admirados y aplaudidos.

 En actitud de autocrítica en el documento de Aparecida se han señalado algunas sombras que tienen que interpelarnos, como el Señor interpelo a los dirigentes religiosos de su tiempo, lo cual es siempre saludable y desafiante; algunos de estos puntos son los siguientes: citando las palabras  del Papa Benedicto XVI se señala que “se percibe un cierto debilitamiento de la vida cristiana en el conjunto de la sociedad y de la propia pertenencia a la Iglesia católica”; “percibimos una evangelización con poco ardor y sin nuevos métodos y expresiones; un énfasis en el ritualismo sin el conveniente itinerario formativo, descuidando otras tareas pastorales.

De igual forma nos preocupa una espiritualidad individualista. Verificamos asimismo, una mentalidad relativista de lo ético y religioso…” (DA n. 101). Junto con ello se reconocen las luces o esfuerzos que en América Latina se han venido forjando, como el reconocimiento de tantos misioneros y misioneras que desarrollan una valiosa obra evangelizadora en el mundo, tanto consagrados como laicos, junto con los esfuerzos orientados hacia el encuentro con Cristo vivo y que han dado y siguen dando muchos frutos, entre ellos el creciente conocimiento de la Palabra de Dios y el espíritu misionero para proclamarla (DA n.100).

 El Señor, es cierto que denuncia con dureza las prácticas religiosas orientadas a levantar monumentos a la propia vanidad traicionando la adhesión a Dios; sin embargo destaca qué es lo que se tiene que hacer, y hoy el desafío es para nosotros. Por ello, la propuesta del evangelio es a que mucho más allá de nuestros discursos y preocupación de elocuencia demos TESTIMONIO DE ÉL, de tal manera que la difusión del mensaje del evangelio sea no solamente con palabras de entusiasmo sino con el ardor y pasión propias de quien lucha por vivir lo que Jesús pide al discípulo misionero, haciéndolo con coherencia de vida. Con la conciencia de que “conocer a Jesús es el mejor regalo que puede recibir cualquier persona; haberlo encontrado nosotros es lo mejor que nos ha ocurrido en la vida, y darlo a conocer  con nuestra palabra y obras ES NUESTRO GOZO” (DA n.29). La invitación es a renovar nuestro compromiso con Dios, en la vida ordinaria luchando por recorrer el camino a la santidad, en conversión permanente, para DAR UN TESTIMONIO CREÍBLE.