lunes, 10 de octubre de 2011

CONSAGRACIÓN DEL ESTADO DE QUINTANA ROO

CONSAGRACIÓN DEL ESTADO
DE QUINTANA ROO

Mensaje Dominical de Mons. Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, Obispo Prelado de Cancún-Chetumal.

En este día memorable en que nuestro querido y hermoso estado de Quintana Roo fue constituido y declarado, hoy hace 37 años, estado libre y soberano de la federación; ante las autoridades eclesiásticas y civiles más representativas aquí presentes: el Cardenal Arzobispo Primado de México, su Eminencia Norberto Rivera Carrera, Arzobispo de la Arquidiócesis  de la Ciudad de México, su Eminencia el Cardenal Oscar Andrés Rodriguez Maradiaga, Arzobispo de Tegucigalpa, su excelencia Monseñor Jorge Carlos Patrón Won, Obispo coadjutor de la Diócesis de Papantla, y con la distinguida presencia de nuestras autoridades civiles que dignamente representan a la ciudad de Cancún y al Estado de Quintana Roo.

Queremos como Iglesia sumar nuestro aporte de fe y oración a tantos trabajos y esfuerzos por mantener y asegurar la paz, la tranquilidad y la seguridad social en nuestra querida tierra Quintanarroense. Por eso hoy, en este día tan significativo para este estado de la federación mexicana, en este momento tan solemne después de recibir la comunión y tener en nuestro corazón la presencia de Jesús Eucaristía, en la conclusión de este hermoso  y tradicional evento católico del 17° Encuentro Mariano dedicado a los jóvenes que son la esperanza de la Iglesia y de la nación, queremos hacer la consagración del Estado de Quintana Roo al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María, haciendo pública nuestra profesión de fe en Cristo Jesús, Príncipe de la Paz y único Salvador del mundo; dándole gracias por todo lo que es y hace por nosotros, de manera especial reconociendo el infinito amor que nos ha revelado su Sacratísimo Corazón, remanso de paz, fuente de alegría y manantial de vida eterna.  Al consagrarnos al Corazón de Jesús, juntos y unidos como hermanos, renovamos nuestro compromiso de corresponder a su amor y así trabajar duro por la paz del mundo y convertirnos en constructores y promotores de la cultura de la paz en nuestro corazón, en nuestros hogares, en nuestra ciudad y en nuestro querido estado de Quintana Roo.

Al consagrarnos al Inmaculado Corazón de María queremos expresar nuestro compromiso de vivir para el amor, sin divisiones, sin violencia en nuestras familias, buscando y encontrando en María Santísima el refugio, la protección y el consuelo de la madre más tierna y amorosa y el modelo más perfecto de humildad y obediencia a la voluntad del Padre y de entrega generosa y desinteresada a nuestros hermanos más necesitados.

La paz no se compra, es fruto de la justicia y del amor. La paz no se predica, se suplica al Señor, se lleva en el corazón y se irradia al mundo entero. Que el Señor colme de su paz y de su santo amor nuestro humilde corazón. Que ungidos por el poder y prendidos por el fuego del Espíritu Santo seamos fieles instrumentos de su paz, de su amor y de su alegría en nuestro bello estado de Quintana Roo, en nuestra querida patria mexicana y en el mundo entero.