martes, 4 de octubre de 2011

MENSAJE DE PAZ DEL PAPA JUAN PABLO II A TRAVÉS DE SUS RELIQUIAS

MENSAJE DE PAZ DEL PAPA JUAN PABLO II 
A TRAVÉS DE SUS RELIQUIAS

Artículo de Mons. Carlos Garfias Merlos, Arzobispo de Acapulco.

El pueblo de México rinde homenaje al Beato Juan Pablo II, quien visitara nuestro país por 4 ocasiones y dejara huellas profundas de su caridad pastoral a la Iglesia de México, a la Arquidiócesis de Acapulco le tocará recibir las reliquias de nuestro beato el día 15 de octubre próximo. Las reliquias estarán entre nosotros desde las 9 de la mañana, hasta las 5 de la mañana del día 16. Entre las varias reliquias destaca una ampolleta que contiene sangre del Papa que se identificó tan intensamente con México y con su pueblo.   La Iglesia en México ha querido destacar el mensaje que Juan Pablo II, el papa viajero entregó a todos los pueblos de la Tierra. El Evangelio de la paz ocupó en su mensaje  un lugar especial, fue central  en su rica enseñanza. Hay que recordar el mensaje que con ocasión de la Jornada Mundial por la Paz enviaba a todos los fieles de la Iglesia y a todas las personas de buena voluntad, cada 1º de enero.

Quiero resaltar unas palabras del mensaje para la celebración de la Jornada del año 1979: “Para vencer este sentimiento espontáneo de impotencia, la tarea y el primer beneficio de una educación digna de este nombre es mirar más allá de las tristes evidencias inmediatas, o más bien, aprender a reconocer, en el meollo mismo de los estallidos de la violencia que mata, el camino discreto de la paz que jamás renuncia, que incansablemente cura la heridas, que mantiene y hace progresar la vida. La marcha hacia la paz aparecerá entonces posible y deseable, fuerte y ya victoriosa”.  Insistía Juan Pablo II en la necesaria educación para la paz que incluía siempre la posibilidad de ver más allá de los acontecimientos presentes para hacer presente el futuro que deseamos. En ese sentido, la Iglesia sigue anunciando la paz como una realidad posible y deseable en toda ocasión. Tenemos que prepararnos para construir esos tiempos de paz desde los niveles más modestos de las personas y de las comunidades hasta aquéllos más institucionales y estructurales. La presencia de las reliquias de Juan Pablo II nos brindan una oportunidad extraordinaria de recordar su mensaje en torno a la Paz y alentarnos en Acapulco y en Guerrero a asumir el compromiso de construir la paz.  Para el 15 de octubre, recibiremos las reliquias a las 9 de la mañana en el cruce de la autopista y el bulevar de las naciones, a las  11 de la mañana en la Catedral de Nuestra Señora de la Soledad con la celebración de la Eucaristía y a partir de ese momento serán expuestas para veneración pública. A las 4 de la tarde se trasladarán a la Nueva Catedral de Cristo Rey en procesión, donde permanecerán toda la noche, para en la madrugada ser trasladadas a la diócesis de Cd. Altamirano.

Día  Mundial del Turismo

La costa guerrerense, en la que destaca la ciudad de Acapulco, cuenta con una actividad turística de décadas, lo que ha significado un alto potencial económico. De hecho, el turismo es la fortaleza y la debilidad de Acapulco; fortaleza porque es lo que le ha dado un lugar destacado en el mundo y debilidad porque nuestra economía se ha construido sólo a partir de los servicios a nuestros visitantes.   El pasado día 27 se celebró el Día Mundial del Turismo con el lema “Turismo y acercamiento a las culturas”, destacando el papel del turismo en el encuentro entre las culturas del mundo a través de los viajes. Con millones de personas que viajan por el mundo cada año, nunca antes tantas personas habían estado en tantos sitios ni habían conocido tan de cerca otras culturas. Esta interacción entre las personas y las comunidades y sus diversas culturas lleva a la tolerancia, al respeto y a la comprensión mutua, los pilares con los que se construye un mundo más pacífico.

Es triste la tendencia a la baja del turismo que se está experimentando en Acapulco debido a la inseguridad y a la violencia que está golpeando la economía del puerto, sustentada en el turismo. La vocación internacional de nuestra ciudad que se manifestó desde hace varias décadas ha disminuido y se va haciendo más estrecha en la medida en que el miedo a visitarnos se acrecienta entre quienes acudían a este lugar de encuentro y de descanso.   Sin embargo, no podemos resignarnos a este declive turístico y económico. Todos, prestadores de servicios turísticos, instituciones sociales y autoridades tenemos que empeñarnos por recuperar la dignidad de esta ciudad que, abierta al mundo, pueda continuar compartiendo su belleza y sus atractivos. Acapulco tiene mucho que ofrecer aún y puede recibir tantos bienes culturales y espirituales a través del turismo. Hagamos, todos, un esfuerzo para que esta casa común recupere su esplendor para recibir a muchos visitantes más.