lunes, 24 de octubre de 2011

ANUNCIAR EL EVANGELIO NO SIGNFICA FAVORECER UNA RELIGIÓN, SINO PROMOVER UN NUEVO ESTILO DE VIDA

ANUNCIAR EL EVANGELIO NO SIGNFICA FAVORECER UNA RELIGIÓN,
SINO PROMOVER UN NUEVO ESTILO DE VIDA

Comunicado de Prensa del domingo 23 de octubre de 2011, presentado por el Pbro. José Juan Sánchez Jácome, Director de la Oficina de Comunicación Social de la Arquidiócesis de Xalapa.

Recientemente señalamos las dificultades que tienen algunos sectores sociales para entender la misión de la Iglesia. A consecuencia de errores y prácticas del pasado, estos sectores se imaginan y se crean fantasmas de una Iglesia que quisiera conquistar el poder o recuperar una serie de privilegios y por eso la quieren arrinconada, dedicada exclusivamente a sus ritos oficiales y sin ninguna proyección en la vida pública.

Este domingo la Palabra de Dios aporta elementos fundamentales para entender precisamente la misión de la Iglesia que ha sido constituida por Nuestro Señor Jesucristo no para buscar privilegios ni conquistar escaños políticos, sino para globalizar el Evangelio y dar testimonio de los valores del reino de Dios. Habría que recurrir a estos fundamentos históricos y teológicos para entender la misión de la Iglesia y, por lo tanto, para señalar que ni los partidos políticos ni el Estado pueden reinventar el ser y el quehacer de la Iglesia.

Estos fundamentos son los que explican el carácter misionero de la Iglesia que proclama unos valores y un estilo de vida, porque Dios quiere que todos los hombres vivan en plenitud. Por eso, la Iglesia no se puede callar porque en su esencia es misionera y está llamada a compartir el tesoro y los secretos del Evangelio a todos los hombres de la tierra.

El conocimiento de Jesucristo, a lo largo de la historia, hizo posible que muchos hombres encontraran un sentido pleno a la vida y provocaran en los demás el deseo de vivir y buscar la plenitud. La trayectoria de una Iglesia misionera y los resultados que se han alcanzado es lo que anima a los cristianos a no perder esta esencia y a confiar en que el conocimiento y la experiencia del amor de Jesucristo es lo que va a provocar la superación de nuestros problemas.

El que se encuentra con Jesucristo aprende a tratar a los otros sin instrumentalizarlos y reconociendo su dignidad; aprende a entender que su vida es digna de ser vivida en la medida en que sirve a los demás; aprende a encontrar la felicidad no en la acumulación de las cosas materiales sino en proyección de su mismo ser; aprende a estar arraigado en la esperanza, aunque la vida se torne complicada; aprende a vislumbrar la llegada de un mundo nuevo aunque por momentos las cosas se dificulten.

Esta jornada dominical, dedicada a reflexionar sobre la esencia misionera de la Iglesia, damos gracias a Dios por tantos misioneros y misioneras mexicanos que andan por todos los pueblos de la tierra anunciando este mensaje de salvación. Pero también pedimos por nosotros, por los misioneros que nos quedamos aquí en nuestro país, para que no seamos indiferentes ni egoístas, para que no guardemos sólo para nosotros este extraordinario tesoro, sino para que lo compartamos a los demás y de esta forma pueda llegar la luz donde hay obscuridad, el amor donde hay odio, la justicia donde hay injusticia, la esperanza donde hay desilusión y reine la paz donde se están dando brotes de violencia.

Cuando los cristianos comencemos a vivir con radicalidad los valores del Evangelio entonces cuestionaremos a los demás y provocaremos la curiosidad en otras personas al grado que puedan decir: «Yo quiero vivir como esa persona que a pesar de sus problemas, de su enfermedad, de su situación económica, nunca reniega de Dios, nunca deja de dibujar una sonrisa, nunca pierde la esperanza, porque confía plenamente en el Señor y en Él ha encontrado el verdadero sentido de su vida».

Anunciar el Evangelio no significa favorecer una religión sino promover un nuevo estilo de vida basado en los valores difundidos por Jesucristo: justicia, paz, amor y fraternidad. Hoy como cristianos estamos convencidos que México necesita los valores del Evangelio para superar la pobreza y la violencia que lastiman la dignidad humana y que no permiten que se cumpla el sueño del Señor que quiere que todos los hombres vivan en plenitud.

Fiesta litúrgica de San Rafael Guízar Valencia

Este fin de semana se ha intensificado el movimiento espiritual en torno a la Catedral de Xalapa. Particularmente este domingo estarán llegando miles de peregrinos a venerar a San Rafael Guízar Valencia, con ocasión de su fiesta litúrgica el lunes 24 de octubre.

Muchos de los peregrinos llegan en grupos y vienen prácticamente en peregrinación desde los lugares más apartados y de difícil acceso de nuestra diócesis y de otros puntos del estado de Veracruz. Vienen en algunos casos con el sol cayendo a plomo, en otros casos sorteando la lluvia inesperada y los caminos enlodados y tortuosos que la lluvia deja a su paso y los que llegan a media noche y en la madrugada soportando las bajas temperaturas de las montañas veracruzanas.

Dentro del programa oficial para el día de mañana, 24 de octubre, vale la pena señalar las siguientes celebraciones:

00:00 Misa y mañanitas, donde se ha invitado a los grupos musicales, tríos, mariachis y conjuntos para que entonen las mañanitas en la tumba del santo.

03:00 Misa para recibir a los peregrinos que vienen de la parroquia de Santa María Magdalena, Xico, Ver.

04:00 Misa y recepción de los arcos florales de Teocelo y Piedra Parada.

08:00 Concelebración eucarística, presidida por el Arzobispo de Xalapa, Mons. Hipólito Reyes Larios, con la participación del Seminario de Xalapa y las comunidades religiosas.

12:00 Concelebración eucarística dedicada a los enfermos.

Como lo hizo Juan Pablo II el 19 de septiembre, este movimiento espiritual en Xalapa y en todo el estado de Veracruz viene nuevamente a sacudirnos el miedo y la frustración que dejan la violencia y la pobreza. San Rafael Guízar Valencia viene a movilizar a un pueblo que quiere vivir en paz y que aspira, por la gracia de Dios, a superar todos sus problemas.