A UNA EDAD MARAVILLOSA
Artículo del Pbro. Richard L. Clifford, Misionero de Maryknoll, sacerdote católico y colaborador de la Pastoral del Amor en la Arquidiócesis de Yucatán.
La edad no es sólo llevarla; sino saberla llevar.
Nadie envejece sólo por vivir cierto número de años;
comenzamos a ser viejos cuando dejamos de soñar y sonreír.
Cada vez que llegan los días finales de agosto me encuentro pensando en la "brevedad" de la vida, pues el 27 de este mes señala para mí el día y mes en que comencé a vivir. Veinticuatro horas después (día 28) celebramos el Día del Anciano.
Un buen número de años han pasado entre las dos edades. Sin embargo, su cercana celebración, lado a lado, viene susurrándome que, como se dice en latín: ¡Tempus fugit! (El tiempo vuela). Pero por más veloz que haya volado, aquel "tempus" ha sido lleno de bendiciones y felicidad.
El secreto de envejecer -con gracia y gusto- y la manera más segura, sabia y saludable para seguir adelante en el inevitable avance de los años se encuentra en una postura positiva que aguanta, pacífica y placenteramente, la edad que se lleva encima. La magia de una vida completa y contenta consiste en el poder de apreciar cada momento de nuestra existencia.
La celebración del Día del Anciano nos confirma que todos caminamos irremediablemente hacia el ocaso. Tan innegable verdad no nos debe asustar. Más bien, como dice el poeta Jalil Gibran: "Miremos al pasado con grato recuerdo y al futuro con ansia infinita”.
El único "secreto" para gozar de la vida es aceptarla, con todas sus debilidades, desafíos y demandas. Al mismo tiempo, pedimos al Señor que nuestros familiares, amigos y conocidos eviten los comentarios y observaciones negativas contra los ancianos, pues podrían ser inadvertidamente ofensivas y depresivas. En momentos de evidente caída física y mental no hay nada más alentador y reconfortante que recibir reacciones positivas de personas gentiles, pacientes, cariñosas y comprensivas, todo unido por un amor sincero.
Así es como se ayuda a la gente de la "tercera edad" a aceptar la pérdida de ciertas capacidades físicas y mentales, apoyándoles en esperar, de manera más adecuada, la llegada al crepúsculo de la vida, mirando más allá de la distancia un glorioso amanecer, una vida íntegra e ilimitada.
La juventud no es sólo un "tiempo de la vida"... es un estado de la mente. / Nadie envejece sólo por vivir cierto número de años... comenzamos a ser viejos cuando abandonamos nuestros ideales... / Muchos años arrugan la cara... pocos anhelos arrugan el corazón... / Pesimismo y preocupación, duda y desesperación debilitan la "marcha del tiempo". Tengamos 9 ó 90, ha de haber en el corazón de cada uno el amor por lo maravilloso, el asombro frente a las estrellas, el aprecio por cosas celestiales y pensamientos preciosos. El hambre por los sueños de mañana y el apetito por las realidades de hoy.
Nos conviene dar seria atención a aquella fórmula "Cómo vivir", descrita por Ralph Waldo Emerson:
"Reírse mucho y con frecuencia
ganar respeto de personas sensatas y el cariño de los niños.
Merecer el aprecio de honrados críticos y aguantar el engaño de falsos amigos.
Apreciar lo bello y encontrar lo mejor en los demás.
Dejar al mundo un poco mejor
y convencerse que un ser humano es más tranquilo y feliz porque yo he vivido.
Esto es vivir y triunfar".