domingo, 25 de septiembre de 2011

LA VIOLENCIA NUNCA ESTABLECE LA PAZ


LA VIOLENCIA NUNCA ESTABLECE LA PAZ

Artículo escrito por el Pbro. Fabricio Seleno Calderón Canabal, de la Diócesis de Campeche.

El pasado miércoles 21 de septiembre se celebró en todo el mundo el Día Internacional de la Paz, declarado por la O.N.U. en 1981. Aunque se empezó a celebrar desde 1982, fue hasta el año 2001 cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó por unanimidad establecer el 21 de septiembre como una fecha común para que todos los pueblos del mundo organicen actividades que pongan de relieve la importancia de la paz.

En este marco celebrativo, quiero continuar compartiéndoles la experiencia del Tercer Encuentro Mundial de Valores bajo la temática No-violencia: de adentro hacia afuera.

Hoy toca el turno de presentar la excelente ponencia de Amandine Roche, una joven periodista y fotógrafa francesa, cuya vida cambió cuando al ser invitada a visitar Afganistán en septiembre de 2001, a los pocos días fue detenida por el régimen Talibán.

Después de ser liberada, decide regresar para trabajar en este país del Medio Oriente. En los últimos diez años, Amandine ha vivido y trabajado durante largos períodos en kabúl, la capital Afgana, en procesos de construcción de paz y resolución de conflictos.

En su intervención, Amandine Roche exhibió un profundo conocimiento de la realidad que vive México actualmente, al presentar una serie de estadísticas que indican el aumento de la violencia en el país.

«Es triste ver que México, una democracia más avanzada que la de Afganistán, sufra con todos los crímenes y la violencia».

«Desafortunadamente, hace varios años que las noticias que llegan de México al mundo entero, muestran sólo imágenes de plomo, de fuego, de sangre y de muerte. Detrás de estas imágenes está el sufrimiento, la angustia y el dolor de todo un pueblo».

«Lo que es admirable es que este sufrimiento, angustia y dolor no han matado la esperanza de construir un México libre de toda violencia».

Al asegurar que hoy, más que nunca, es necesario hacerle frente a la violencia, la joven francesa reconoció que «existe en el alma de la sociedad Mexicana, mujeres y hombres decididos a organizarse para hacer frente a los retos de la situación que vive actualmente su pueblo llevando a cabo los ideales de la no-violencia».

Después, presentó una serie de enunciados que forman parte de su ideario, extraídos de su experiencia que le ha llevado a seguir un camino de construcción de la paz.

«Nunca, en ninguna parte del mundo, ha podido la violencia ofrecer una solución humana a los conflictos inevitables que dividen a los seres humanos.

Nunca, en ninguna parte del mundo, la violencia ha traído justicia; pero siempre y en todas partes del mundo, la violencia multiplica la injusticia.

Nunca, en ninguna parte del mundo, la violencia establece la paz; pero siempre y en todas partes del mundo, la violencia conduce a la venganza.

Nunca, en ninguna parte del mundo, la violencia trae victoria; pero siempre y en todas partes del mundo, la violencia no es más que una derrota, un drama, y una tragedia.

Cada uno pretende defender su causa; pero matar a un hombre no es defender una causa, sino solo matar a un hombre y pervertir toda causa.

Nunca, en ninguna parte, la violencia ha cumplido su promesa de ofrecer un mañana diferente; pero siempre y en todas partes, la violencia nos trae un día de hoy lleno de llanto».

El reto para las mujeres y los hombres de buena voluntad está en encontrar una solución al problema de la violencia «para cambiar la sociedad mexicana, como nosotros intentamos cambiar la sociedad afgana».

«Lo que falta en este mundo es el amor», «la fuerza más unificadora del mundo», y admitió que «pasará mucho tiempo para que la ley del amor se reconozca en los asuntos internacionales».

La violencia no es una fatalidad. «Si actuamos los que creemos que la no-violencia puede curar a la humanidad de la enfermedad de la violencia, entonces podremos dejar como patrimonio a nuestros hijos la esperanza de la no-violencia para que ellos puedan vivir en una tierra de hermandad».

Somos muchos lo que queremos construir la paz en México y tenemos que iluminar a México con nuestro compromiso personal. «Somos guerreros de la luz, en México, en Afganistán o en cualquier parte del mundo. Y no hay espacio para la pasividad, solo acciones para la paz».