COMO ANILLO DE RECUERDO ESPECIAL
Artículo del Pbro. Richard L. Clifford, Misionero de Maryknoll, sacerdote católico y colaborador de la Pastoral del Amor en la Arquidiócesis de Yucatán.
No abandones nunca El amor y la verdad.
Llévalos siempre contigo como un anillo especial.
Proverbios 3,3
Hace poco presencié una ceremonia de graduación y entrega de anillos de unos estudiantes. La ceremonia, sencilla y significativa, les hizo recordar a los alumnos la fidelidad y el amor que representan aquellos anillos especiales de su colegio.
El anillo servirá como vínculo de unidad del corazón y la mente que poseían ellos con los buenos principios aprendidos, las sinceras amistades formadas, la orientación intelectual y moral recibida, y los hermosos recuerdos inolvidablemente grabados en sus jóvenes vidas.
La costumbre de llevar un anillo como símbolo de amor, de dedicación, de autoridad, de matrimonio, etc., es tan vieja como el ser humano.
El anillo que puso el faraón en el dedo de José sellaba una completa entrega de poder sobre Egipto y servía a todos como señal de su posición suprema en el reino (Gn 41, 42).
En la coronación del Papa Benedicto XVI se conservó una honrada tradición eclesiástica al entregarle un anillo con su nombre y la representación de San Pedro con un barco. Este anillo del pescador sella todos los documentos papales y, al morir el Sumo Pontífice, se rompe y entierra con él.
Quizás la más común y significativa entrega de anillos es aquella que se realiza en un compromiso matrimonial cuando los contrayentes manifiestan la sinceridad de los votos pronunciados delante del Ministro de Dios y escuchan la siguiente bendición: "Bendice Señor estos anillos que nosotros bendeciremos en tu nombre. Quienes han de llevarlos deben guardar entre sí perfecta fidelidad, vivan para siempre unidos por una perfecta caridad, por Cristo Nuestro Señor".
Según una tradición (sin fundamento en la verdad) el anillo matrimonial se lleva en el tercer dedo de la mano izquierda porque desde allí corre una vena que va directo al corazón, uniéndolo así con la mano en sacrificio y amor.
No importando el dedo en que lleven el anillo los esposos, los estudiantes o las autoridades, es de esperar que su uso sirva como un recuerdo constante de los principios cristianos que deben dirigir el amor y servicio de una persona en sus labores cotidianas y en su vocación particular de la vida.
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Estimado lector: Tengo que ausentarme por varias semanas de modo que nuestro "Toque Humano" nos unirá esos días en cariñosos recuerdos y fervientes oraciones. Que este "Anillo de recuerdo especial" sirva para enlazarnos -simbólicamente- en amistad y aprecio hasta que volvamos a unirnos.
Estimado lector: Tengo que ausentarme por varias semanas de modo que nuestro "Toque Humano" nos unirá esos días en cariñosos recuerdos y fervientes oraciones. Que este "Anillo de recuerdo especial" sirva para enlazarnos -simbólicamente- en amistad y aprecio hasta que volvamos a unirnos.