miércoles, 10 de agosto de 2011

BUEN AUGURIO DE PAZ Y BIEN

BUEN AUGURIO DE PAZ Y BIEN

Artículo del  Pbro. Richard L. Clifford, Misionero de Maryknoll, sacerdote católico y colaborador de la Pastoral del Amor en la Arquidiócesis de Yucatán.

Dichosos los que procuran la paz,
pues Dios los llamará hijos suyos.
Mateo 5, 9

Este mes de agosto, octavo del año, recibe su nombre del primer emperador de Roma, César Augusto. El emperador dio el nombre de Augusto al mes que anteriormente fue llamado "Sectilis", mes que Augusto consideraba de "buen augurio". De ahí viene el popular refrán "hacer su agosto".

En un sentido, este refrán nos llama a despertar de los sueños y reconocer las "realidades" y posibilidades que hay, por más difíciles o desafiantes que sean.

¡Cuántas esperanzas no llegan a realizarse por no aprovechar condiciones y circunstancias favorables para comenzar a dar vida a algo que ha sido "dormido"! Una famosa personalidad pidió que se pusiera como epitafio sobre sus restos mortales, esta inscripción: "Doy gracias a Dios por haberme dado unos buenísimos compañeros que han sabido despertarme con su entusiasmo de seguir adelante con confianza y convicción".

Mientras escribo estas reflexiones, vienen a mi mente cantidad de momentos cuando, por falta de suficiente "empuje mental", no llegaron a realizarse esas deseadas esperanzas que hubieran podido alcanzar, con convicción y consagración. Frente a las inalcanzadas esperanzas viene la triste afirmación: "Si hubiera...".

Aquellos pensamientos sobre "posibles realidades" surgen en el ámbito de este mes, tiempo especial de analizar las circunstancias o situaciones que pretenden inspirarnos a mejorar nuestra misma persona y de aprovechar aquellas oportunidades favorables para "hacer nuestro agosto" y despertarnos a las posibilidades a nuestro alcance. Todo esto es posible cuando nuestra mentalidad es positiva, práctica, personal y paciente.

Mientras tanto, aprecio el acompañamiento de los que me han seguido y siguen siendo compañeros en el camino de la vida. Su mera presencia ha sido y será una buena cosecha realizada a través de superar lo difícil y abrazarnos siempre en un ambiente positivo. En síntesis, de hacer juntos "nuestro agosto", de manera placentera, pacífica y progresiva.

Saludo con aprecio y admiración a todos aquellos personajes que han pasado por la historia "haciendo su propio agosto", con sus dotados bienes de mente y alma, contribuyendo al bienestar de la humanidad. ¡Que viva su buen ejemplo! ¡Que viva el espíritu místico de agosto!

Aprovecho este octavo mes para dar gracias a Dios por nuestra vida misma y por todos aquellos quienes contribuyen a enriquecerla a través de una buena cosecha de innumerables bienes humanos y espirituales.

Encuentro un verdadero espíritu "Agostino" en las palabras de la poetiza Emily Dickinson: "Si puedo sanar un solo dolor, / hacer más paz a mi alrededor; / ó reponer en su nido al pájaro caído, / mi vida tiene sentido y valor".