miércoles, 10 de agosto de 2011

ES CLAVE TOMAR LAS DECISIONES BASICAS CON SUS EXIGENCIAS


ES CLAVE TOMAR LAS DECISIONES
BASICAS CON SUS EXIGENCIAS

Artículo de Mons. José Luis Chávez Botello, Arzobispo de Antequera-Oaxaca.

La fiesta de la Guelaguetza nos ha dejado un buen sabor no solo porque rebasó las expectativas en turismo y derrama económica en diferentes sectores sino principalmente por la convivencia pacífica, la alegría sana, otros eventos y bellos espectáculos que la rodearon. Ciertamente Oaxaca proyectó al país un nuevo rostro de vida y de esperanza.

La Guelaguetza 2011 nos deja una enseñanza: cuando una decisión se sopesa y se asume con sus exigencias, siempre se cosechan frutos; la Guelaguetza 2011 nos descubre también una realidad: en Oaxaca no hemos aprendido a tomar las decisiones vitales con sus exigencias. Quien ha tomado una determinación reflexionada y asume sus exigencias, no baja los brazos ante las primeras dificultades sino que mantiene su decisión de avanzar; los contratiempos, imprevistos y resistencias le piden cambiar el ritmo pero no el rumbo, le exigen hacer reajustes y cambios pero no la meta propuesta.

Quienes en su vida carecen de decisiones vitales no tienen rumbo y, por lo mismo, fácilmente bajan los brazos y cambian sus decisiones dejándose llevar por lo más fácil o por ventajas materiales aunque se descuide o se dañe la calidad de vida. Las decisiones reflexionadas y sopesadas que buscan crecer en el bien, en la verdad o en la unidad son claves para mejorar la vida de toda persona, de toda familia y de toda sociedad. No se puede lograr una vida de calidad o aspirar a una sociedad más justa y solidaría sin tomar las decisiones adecuadas que siempre exigen trabajar bien, constancia y paciencia. Lo saben bien y lo experimentan los atletas, los campesinos, los padres y madres de familia, los buenos políticos y profesionistas.

Para las personas con decisión y determinación, las dificultades y desafíos se convierten en pruebas que estimulan, en escuela de experiencias y de sabiduría para la vida; así van adquiriendo mayor confianza, seguridad y alegría en la vida. Estas personas no solo mejoran su vida sino que, desde su presencia y trabajo concreto, contribuyen a los cambios necesarios y al mejoramiento de su entorno y de la sociedad.

A nadie le faltan fuerzas, lo que a muchísimos falta es voluntad, determinación; con frecuencia no nos atrevemos a muchas cosas porque son difíciles, pero son difíciles porque no nos atrevemos a hacerlas. Si se siembran semillas adecuadamente y se cuidan con perseverancia, de seguro habrá frutos. Decía el gran inventor Tomás Alva Edison: “El genio es uno por ciento de inspiración y un noventa y nueve por ciento de sudor”. En Oaxaca necesitamos ejercitarnos para aprender a tomar las decisiones vitales con sus exigencias: ¿Qué quiero hacer realmente de mi vida? ¿Qué queremos hacer de nuestra familia? ¿Qué queremos realmente de nuestra sociedad, de Oaxaca?. Son decisiones que exigen siempre trabajo a corto, a mediano y a largo plazo. Tenemos un grande y grave vacío en este campo, nos lo gritan el abandono de escuela, los divorcios, las familias desintegradas, las divisiones y conflictos frecuentes en nuestro Estado.

Para pasar de la simple alternancia a la transición de vida mejor se requiere mayor claridad y coherencia en los compromisos y toma de decisiones. Se avanza, pero la sociedad no percibe determinaciones contundentes en la erradicación de la impunidad y de la corrupción, los frutos de justicia y de educación de calidad no se ven o no están llegando a varios sectores; la sociedad sufre porque algunos servidores públicos no están haciendo bien su trabajo y porque no pocas personas continúan dañando a la sociedad obstaculizando las reformas necesarias y los trabajos para avanzar. La Guelaguetza 2011 nos muestra que sí es posible la transición en Oaxaca, que sí podemos pero asumiendo las decisiones con sus exigencias.