lunes, 13 de junio de 2011

VERDAD, ANUNCIO Y AUTENTICIDAD DE VIDA EN LA ERA DIGITAL (Parte II)

VERDAD, ANUNCIO Y AUTENTICIDAD
DE VIDA EN LA ERA DIGITAL
(Parte II)

Artículo del Pbro. Fabricio Seleno Calderón Canabal, Encargado de la Comisión Diocesana para la Pastoral de la Comunicación Socia de la Diócesis de Campeche.
 
Este domingo continuamos comentando el Mensaje que envió el Papa con motivo de la XLV Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales y cuyo tema es «Verdad, anuncio y autenticidad de vida en la era digital».

La semana pasada insistía en el hecho de que Benedicto XVI invita a todos los creyentes a unirnos «con confianza y creatividad responsable a la red de relaciones que la era digital ha hecho posible, no simplemente para satisfacer el deseo de estar presentes, sino porque esta red es parte integrante de la vida humana», pues Internet, y más aún, las redes sociales, son ya parte integrante de la vida humana.

También señalaba los signos característicos de la nueva Comunicación y la realidad de que las redes sociales tienen que ponerse al servicio del bien común, ya que «como todo fruto del ingenio humano, las nuevas tecnologías de comunicación deben ponerse al servicio del bien integral de la persona y de la humanidad entera».

Mi verdadero ser a través de las redes sociales

Sostiene Benedicto XVI que «cuanto más se participa en el espacio público digital, creado por las llamadas redes sociales, se establecen nuevas formas de relación interpersonal que inciden en la imagen que se tiene de uno mismo, lo que en forma inevitable lleva a la pregunta sobre la calidad del propio actuar, y también sobre la autenticidad del propio ser».

«La presencia en estos espacios virtuales puede ser expresión de una búsqueda sincera de un encuentro personal con el otro, si se evitan ciertos riesgos, como buscar refugio en una especie de mundo paralelo, o una excesiva exposición al mundo virtual. El anhelo de compartir, de establecer "amistades", implica el desafío de ser auténticos, fieles a sí mismos, sin ceder a la ilusión de construir artificialmente el propio "perfil" público».

Por eso el Papa insiste en la autenticidad de la persona al participar en las redes sociales, pues es la única forma de construir muevas, sinceras y fuertes relaciones interpersonales a través de los medios digitales. Este Mensaje del Papa tiene que llevarnos a preguntarnos si somos verdaderamente transparentes en la red.

Nuestra cuota de "presencialidad"

El Papa Benedicto recuerda que el contacto virtual no puede ni debe sustituir el contacto humano directo, en todos los aspectos de nuestra vida. Las redes sociales muestran que uno está siempre implicado en aquello que comunica. «Cuando se intercambian informaciones, las personas se comparten a sí mismas, su visión del mundo, sus esperanzas, sus ideales. Por eso, puede decirse que existe un estilo cristiano de presencia también en el mundo digital, caracterizado por una comunicación franca y abierta, responsable y respetuosa del otro».

Y esboza algunas preguntas: «¿Existe el peligro de estar menos presentes con quien encontramos en nuestra vida cotidiana ordinaria? ¿Tenemos el peligro de caer en la dispersión, dado que nuestra atención está fragmentada y absorta en un mundo “diferente” al que vivimos? ¿Dedicamos tiempo a reflexionar críticamente sobre nuestras decisiones y a alimentar relaciones humanas que sean realmente profundas y duraderas? Es importante recordar siempre que el contacto virtual no puede y no debe sustituir el contacto humano directo, en todos los aspectos de nuestra vida».

Presencial digital virtual al estilo de Jesús

Recuerda el Papa que comunicar el Evangelio a través de los nuevos medios significa no sólo poner contenidos abiertamente religiosos en las plataformas de los diversos medios, sino también dar testimonio coherente en el propio perfil digital y en el modo de comunicar preferencias, opciones y juicios que sean profundamente concordes con el Evangelio, incluso cuando no se hable explícitamente de él.

La proclamación del Evangelio supone una forma de comunicación respetuosa y discreta, que incita el corazón y mueve la conciencia.

«Los creyentes, dando testimonio de sus más profundas convicciones, ofrecen una valiosa aportación, para que la red no sea un instrumento que reduce las personas a categorías, que intenta manipularlas emotivamente o que permite a los poderosos monopolizar las opiniones de los demás. Por el contrario, los creyentes animan a todos a mantener vivas las cuestiones eternas sobre el hombre, que atestiguan su deseo de trascendencia y la nostalgia por formas de vida auténticas, dignas de ser vividas».

Evangelizar las redes sociales es una tarea mucho más profunda que subir a la Internet ciertos contenidos de doctrina cristiana. Evangelizar las redes sociales supone vivir como auténticos discípulos de Cristo, supone que somos distintos en nuestra comunicación: la autenticidad y transparencia, la humildad y la esperanza, la cercanía a los que sufren, la apertura al diálogo y a la crítica, son algunos de los rasgos que brotan espontáneos cuando desbordamos de gozo por haber encontrado a Jesús. Hagamos oración; contemplemos a Dios Padre, tejedor de redes, y pongamos en sus manos nuestra comunicación intraeclesial y extraeclesial.