martes, 28 de junio de 2011

BENEDICTO XVI DECLARA VENERABLE A RELIGIOSA MEXICANA


BENEDICTO XVI DECLARA VENERABLE
A RELIGIOSA MEXICANA

El cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, promulgó, por autorización del Papa Bendicto XVI, el decreto que declara Venerable a la mexicana Sierva de Dios María Inés Teresa del Santísimo Sacramento (1904-1981), fundadora de la Congregación de las Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento y de los Misioneros de Cristo para la Iglesia Universal.

Según informó El Vaticano, el Papa aprobó que la fundadora de la congregación de las Hermanas Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento, cuyo nombre original era Emanuela de Jesús, vivió las virtudes cristianas "en grado heroico". Así pasó de ser "sierva de Dios" a "venerable". Se trata del segundo paso de cuatro que debe cumplir cualquier católico para llegar al "honor de los altares".

Datos Biográficos:

Manuelita de Jesús Arias Espinoza, nace en Ixtlán del Río, Nayarit el 7 de julio de 1904. Sus padres el Lic. Eustaquio Arias y señora doña María Espinoza, ambos originarios de Guadalajara, Jalisco, México. Fue la quinta de ocho hijos de la familia Arias Espinoza.

La luz de la fe en el sacramento del bautismo que da la gracia de ser hijos de Dios, iluminó su vida a partir del día 9 de julio de 1904, recibiendo el nombre de Manuelita de Jesús. Fue bautizada en la parroquia de Ixtlán del Río, Nayarit, México.

En 1911 recibe por primera vez la eucaristía, con gran devoción y comprensión sorprendente para una niña de su edad. "Jesús mío, te amo con todo mi corazón, quiero ser toda tuya".

Sus padres fueron de una vivencia espiritual profunda, que dejó huella en su vida: todos los días en familia se leía y comentaba la Sagrada Escritura.

Manuelita fue una joven que vivió plenamente las sanas aspiraciones de su época, siendo alegre, entusiasta y educada:"Que alegre es Mauelita" comentaban sus amigas. Participaba con alegría en las fiestas familiares, paseos y diversiones propias de su edad; pero no era eso lo que su corazón buscaba. "Nada de eso me llena, todo es vanidad tan superficial y vacía".

En octubre de 1924 durante el Congreso Eucarístico en México, finalmente al tiempo establecido por Dios, la gracia tocó el corazón de Manuelita sintiéndose totalmente atraída por él. "Jesús Eucaristía, al pasar cerca de mí, dejó caer sobre mi alma una de esas inefables miradas que tienen el poder de conmover; me ha dejado toda inflamada en su amor, me atrae con fuerza irresistible".

Durante la terrible persecución religiosa en México, el día de fiesta de Cristo Rey, se consagró al amor misericordioso de Dios como víctima de holocausto ofreciendo su vida por la salvación de México, tomando la decisión de ingresar a la vida religiosa a pesar de las circunstancias.

Su vida, con el pasar de los meses, continuaba en una decidida y profunda donación al Señor. Poco antes de la fecha fijada para su ingreso a la vida religiosa murió su hermano Eustaquio."Señor, que aprenda mi alma, con tu ayuda, a abandonarse totalmente y sin reservas a tu divina voluntad".

Logró después de una serie de pruebas y sufrimientos, lo que tanto anhelaba su corazón; el 7 de junio de 1929 ingresó al monasterio de las Clarisas, que , a causa de la persecución religiosa, se encontraba expatriado en Los Angeles California. "Vengo a ser por fin y para siempre tuya , Jesús mío, me entrego con todas las fuerzas de mi alma" Manuelita recibe el nombre de Sor María Inés Teresa del Santísimo Sacramento.

El 12 de diciembre de 1930 hizo su primera profesión temporal; este día escuchó en su alma que la Santísima Virgen de Guadalupe le decía: "Si entra en los designios de Dios servirse de ti para las obras de apostolado, me comprometo a acompañarte en todos tus pasos, poniendo en tus labios la palabra persuasiva que ablande los corazones, y en éstos la gracia que necesiten; me comprometo además, por los méritos de mi Hijo, a dar a todos aquellos con los que tuvieres alguna relación, aunque sea tan solo en espíritu, la gracia santificante y la perseverancia final".

En el año de 1933 se consagró al Señor emitiendo los votos perpetuos, siete años después, siendo consejera del monasterio, expuso a la Madre abadesa sus inquietudes y deseos de fundar una congregación misionera. Todos los pasos para la fundación se fueron dando en la obediencia, en la paz y en la oración, aunque con grandes pruebas interiores para la madre Ma. Inés. El Obispo de Cuernavaca, Don Francisco González Arias, aceptó la fundación en su diócesis de un monasterio con miras a transformarse en una nueva congregación misionera. El mismo Sr. Obispo elevó la solicitud a Roma para su establecimiento canónico. "Estamos convencidas que esta fundación es voluntad de Dios" "hace muchos años que Dios lo puso en mi corazón".

El 12 de mayo de 1945 fue aprobada en Roma la fundación, con sede en Cuernavaca Morelos, México; el mismo día es colocada la primera piedra de la Casa Madre. "Gracias, Madre Morenita, por el amor que nos tienes. Estos dos acontecimientos llenan mi alma de ternura y agradecimiento".

El 21 de agosto de 1945 se despidieron del monasterio del Ave María en medio de oraciones y llantos, madre Ma. Inés y las cinco religiosas que con ella pidieron salir a la fundación."Dejé para siempre a mi amada comunidad del Ave María".

Se inició la fundación en una pequeña casa que bondadosamente les proporcionó su cuñado el Señor Don José María Suárez y su esposa la señora Doña Guadalupe Arias, quienes fueron los primeros bienhechores de la naciente congregación, y lo serán durante toda su vida. El Señor corona con el dolor a las almas generosas... y el mismo día que se celebró la primera misa en la capilla de la congregación, murió trágicamente Luisito, hijo del matrimonio Suárez- Arias. "Gracias, José María, el Señor te recompense tanta bondad. Gracias Señor por todo lo que nos das, conforta el corazón de José María y de Lupita por la pérdida de Luisito; nuevamente compruebo que el sello de tus obras es el dolor".

En 1950 Madre Ma. Inés escribió las Constituciones de la congregación, que deja a manera de testamento, expresando así la voluntad del Señor para todas sus hijas. "Hijas, lo que aquí queda establecido es lo que nos identifica como Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento”.

En seis años llegan a ser 92 religiosas, con dos casas, Cuernavaca y Puebla. El 31 de mayo de 1951 Madre Ma. Inés solicitó a la Santa sede la transformación de estos dos monasterios en instituto misionero de vida activa y contemplativa. "El espíritu de la misionera Clarisa es de amor y confianza, arranquemos al Sagrado Corazón de Jesús la gracia de que nos concedan en el mes de junio la aprobación pontificia para la nueva congregación misionera."

El 22 de Junio de 1951, los dos monasterios, el de Cuernavaca y el de Puebla se transforman con aprobación pontificia en la Congregación de Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento. La Madre María Inés Teresa fue nombrada primera superiora general, y lo sería hasta el término de su vida.

En septiembre del mismo año de 1951 debía obtener Madre Ma. Inés el dinero y lo necesario para poder enviar a cuatro de sus hijas a la primera misión...Japón. La pobreza en que se vivía y el no contar con recurso alguno no la desanimaba, personalmente reúne y empaca todo lo que les ha de ser necesario en la misión, entretanto llega ese día las instruye en todo lo que una misionera Clarisa debe ser... "Ante todo alma de oración".

Es su deseo llevar a todo el mundo el mensaje del amor de Dios siguió extendiéndose la congregación en México, Japón, Estados Unidos, Costa Rica, Indonesia, África, Italia, Irlanda, España, Corea, Alemania...

El 11 de noviembre de 1958, S.S. Juan XXIII recibió en audiencia a Madre Ma. Inés e impartió una especial bendición a la congregación. Madre Ma. Inés les pide a sus hijas una adhesión total e incondicional a la palabra del Santo Padre y un amor muy grande a cada uno de los sumos pontífices.

En 1969, trasladó la sede general a la ciudad de Roma, dejando la patria que viera nacer la congregación.

El 12 de diciembre de 1978 fue la bendición de la "Casita" nueva sede del gobierno general. En 1980, en el mes de julio, haciendo ya un gran esfuerzo, emprendió su último viaje, recorriendo las 47 casas en los cinco continentes y confirmando por última vez el celo apostólico de sus hijas con su presencia, su ejemplo y su palabra. En 1980, bodas de Oro de su profesión religiosa, hizo la renovación de sus votos en manos de Su Santidad Juan Pablo II.

Madre Ma. Inés T. Arias, misionera sin fronteras, llevó una vida de contemplación y acción, consumada en la alegría, la entrega a Dios y sus hermanos. Fue fundadora de la Congregación de Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento y de los misioneros seglares Van-Clar; ya en sus últimos años de vida, fundó también el Instituto de Misioneros de Cristo para la Iglesia Universal.