miércoles, 26 de enero de 2011

CAMINANTE INCANSABLE, DON SAMUEL EMPRENDE EL CAMINO DE RETORNO A LA CASA DEL PADRE

DON  SAMUEL

Artículo de Opinión de María Teresa Jardí publicado en la edición del martes 25 de Enero de 2011 del Diario POR ESTO!

Hoy se cumplen 51 años de la ordenación episcopal de Don Samuel Ruiz. El año pasado fue celebrado el 50 aniversario, en grande, en San Cristóbal de las Casas en Chiapas. Lugar donde Don Samuel sufrió, luchó, gozó, vivió, por decirlo todo en una palabra, los mejores y los peores años de su vida. Pero sobre todo donde optó por ponerse como obispo al lado de los más pobres, de los más marginados, de los desamparados de la Tierra, que en nuestro país son los indígenas en general y de manera particular los que en Chiapas, luchando apenas por su sobrevivencia, se niegan a seguirse dejando apabullar por un capitalismo atroz, destructor de toda vida digna. Hoy en San Cristóbal monseñor Arizmendi iba a celebrar una misa por la salud de Don Samuel. La misa se va a celebrar igual con Don Samuel de cuerpo presente porque ayer nos dejó huérfanos también.

Don Samuel es un personaje universal y como personaje vinculado a las luchas de los pueblos oprimidos su vida ya está escrita en la historia de los más grandes de la humanidad y, en particular, de los que dieran la vida por el respeto a los derechos humanos en Latinoamérica.

La anterior celebración en San Cristóbal fue el colofón de varios festejos en diversos lugares iniciados un año antes. Tuve la oportunidad de estar presente en uno de ellos en el auditorio del Centro Universitario Cultural, que tiene la orden de predicadores, es decir, que tienen los frailes dominicos, en la periferia de la Ciudad Universitaria (UNAM) en la Ciudad de México. Guardo, sobre una pared, uno de los posters conmemorativos de ese evento y veo cada día a Don Samuel y no dejo de pensar en su conversión de cura de ricos a obispo de pobres.

En el póster, al jTatic de los muchos que le aplaudimos su lucha incansable, se le reconoce como “El caminante” incansable que también era. Está vestido de obispo con estola y mitra bordados a mano por los indígenas a los que dedicara su vida. Pero hoy acentuando el sentimiento de orfandad, dejado por los muchos, que siendo, sin duda, los mejores, por poner sólo a los dos últimos Enrique Ortega Arenas y Fausto Trejo, que nos van dejando, las noticias sobre su precaria su salud son alarmantes, ponía por la mañana temprano al escribir estás líneas, noticias que no tardaron en confirmar lo que se sabía: que Don Samuel entregaba su alma al Creador en el que él sí creía.

En febrero de 1992, el día 6, murió Don Sergio Méndez Arceo. En la página de Resistencia Espiritual, buscando la fecha exacta de su muerte, al respecto encuentro una cita, conmemorativa de un aniversario más de su partida, que dice: “... que hoy más que nunca, en esta época sombría e hipócrita se extraña su actitud ante la vida y su apoyo a las causas sociales. Gracias a Dios nos queda don Samuel Ruiz, cercano a Dios y cercano a las necesidades del pueblo y del mundo”.

Apenas unos cuantos días después, el 26 de febrero de 1992, también moría en Creel, Mons. José Alberto Llaguno, S.J., obispo del Vicariato de la Sierra Tarahumara en el estado de Chihuahua. Recuerdo a mi llegada, ese día por la noche a la catedral de Sisoguichi, a Carlos Bravo S.J, decirme que “la orfandad en que quedábamos era absoluta”, y no tardó tampoco Carlos demasiado tiempo en seguir el ejemplo de restarse de la vida.

El deterioro en el estado de salud de Don Samuel era alarmante desde hacía muchos días. A nuevos problemas, se sumaban otros añejos y su cuerpo cansado decidió dejar volar el alma de quien fuera tan gran obispo.

“... Es admirable la serenidad, el no quejarse, el tono amable con el que contesta o solicita, el dejarse hacer, su espiritualidad y actitud de poner de su parte sobre la base de considerarse en las Manos Grandes de Dios. Entendemos que todos estos detalles son parte de su actual congruencia y calidad de vida, y tal vez debemos de entender que todo esto ya es parte de la manera en que está transitando en purificación y santificación...” se nos decía, en uno de los correos donde se informaba sobre su enfermedad a los interesados. En que se pedía que donde estuviéramos nos sintonizáramos a las 7 de la noche en oración y agradecimiento por la Vida, obra, testimonio y Paz de Don Samuel... Estoy convencida de que no necesita oraciones. Don Samuel hoy está sentado junto a Dios.
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