lunes, 10 de enero de 2011

EN CAMINO A LOS ALTARES

JUAN PABLO II A LOS ALTARES

«El que me sirva, que me siga, y donde yo esté,
allí estará también mi servidor.
Al que me sirva mi Padre lo honrará»
Juan 12,26

1.- En el funeral del Santo Padre Juan Pablo II se extendió una gran manta pidiendo se declarara santo inmediatamente al Papa Juan Pablo II; pero ahora se dice que el juicio que se sigue para promover su santidad se ha detenido porque el Papa Juan Pablo II solapó y ocultó las graves faltas que en su vida cometió el Padre Marcial Maciel,L.C. sin embargo he leído que el antiguo secretario de Juan Pablo II quien ahora es Arzobispo de Cracovia y Cardenal, Don Stanizlaw Dziwisz reconoció ante los periodistas que durante la vida de Juan Pablo II hubo hechos inexplicables que se mantuvieron bajo discreción porque el mismo Papa lo había prohibido se manifestaran.

Estos hechos son una seria de curaciones que se han juzgado milagrosas atribuidas por tanto a la intercesión del Papa Juan Pablo II cuando estaba vivo, aunque nunca fueron difundidas ni admitidas públicamente. Estas son las curaciones que por intercesión del Papa sucedieron:

El primer milagro que se atribuye al Papa Juan Pablo II, fue el de la madre de Familia la Inglesa Kay Nelly ocurrido en marzo de 1979. Ella había dedicado muchos años a recolectar dinero para los enfermos de cáncer, mas ella misma contrajo esta enfermedad. Viajó a Roma y participó en una reunión semi privada con el Papa y otros enfermos. Cuando volvió a Liverpool, su cáncer había desaparecido. Esperamos que este milagro sea un testimonio para la beatificación y se realice lo que se pedía en la hora de su sepelio, que sea Juan Pablo II un “Santo Súbito”.

Otro caso reciente es el de un adolescente Polaco de nombre Rafal a quien el Papa recibió el 01 de Julio de 2004. Este joven precedente de Lubaczow, padecía de un linfoma incurable que desapareció justo después de su Audiencia Privada con el Sumo Pontífice.

Además he leído que en la Jornada Mundial de Toronto celebrada en el año 2002, el Papa Juan Pablo II rezó por Angela Baronni de 16 años, quien sufría cáncer en los huesos; le impuso las manos y le hizo la señal de la cruz y un tiempo después, desapareció todo rastro de cáncer.

Ya en el año 1980 el Australiano Emil Barbar, de 29 años, con una parálisis cerebral que le impedía caminar y le dificultaba el habla, llamó la atención del Papa Juan Pablo II durante una audiencia con enfermos en la Plaza de San Pedro. El Papa lo besó en la cabeza. La madre del joven llorando exclamó por la salud y el Papa le dijo: “Llévalo a Lourdes y veras que camina” y el Papa les regalo una cruz y un Rosario. El joven Emil fue llevado a Lourdes y se baño en las piscina del Santuario de Lourdes y seis semanas después caminaba. También he leído que existen varios testimonios de mujeres que afirman que la oración del Papa Juan Pablo II les ayudó a concebir y a dar a luz. Por ejemplo una católica china de Vancouver, Canadá, la señora Lieu, acudió como Peregrina a Roma después de haber sufrido tres abortos naturales. En una audiencia le contó al Papa su problema, el Papa le dijo que tendría un hijo y trazó sobre ella la cruz en su cabeza. Al volver a canadá comprobó que estaba embarazada y el niño nació bien y por eso le puso al niño: Juan Pablo Lieu. Esto ha sido escrito en los testimonios sobre su causa.

Tenemos también el caso del Mexicano Herón Badillo Mireles, oriundo de Zacatecas, hijo del político izquierdista Felipe Badillo. He aquí sus palabras: “Primero, con su mano el Papa me tocó en la frente y, luego, me besó en el mismo lugar. "No puedo expresar con palabras lo que sentí", afirmó quien dice ser una muestra viviente del milagro papal.

El zacatecano señaló que después de que lo besó su Santidad la mejoría en su cuerpo comenzó casi de inmediato, pues de regreso a su natal Río Grande les pidió a sus padres que le dieran de comer, acabando así con varios días de inanición provocados por la gravedad de la leucemia.

"Ya no había nada que hacer. No tenía ninguna esperanza de vida. Los médicos me habían desahuciado y mis padres ya no sabían a dónde acudir, pero cuando supieron que el Papa estaría en el estado de Durango decidieron llevarme con él, pero les fue imposible conseguir pases para acercarse", recordó Herón.

Dijo que sin embargo el entonces alcalde de Río Grande, Cipriano Molina, les dijo a sus padres que había conseguido pases para que vieran a Juan Pablo II a su arribo al aeropuerto de Zacatecas. El único requisito era que tenía que llevar entre sus manos una paloma blanca, para que fuera identificado y lo dejaran pasar.

"Mi padre se la pasó todo el día y la noche buscando la paloma blanca hasta que la consiguió. Ya en el aeropuerto esperamos su llegada, pero se salió del recorrido de la alfombra roja y toda la gente se amotinó a su alrededor".

"Creí que se había acabado la esperanza, pero ahí comenzó el milagro, Juan Pablo II regresó a continuar el camino y me vio ahí, con la paloma entre las manos", relató.

Manifestó que lo tocó en la frente con su mano, luego lo besó y le dijo que soltara la paloma, pero no lo hizo, por lo que volvió a decirle que soltara la paloma, "esta vez la deje ir, pero ni mis padres ni yo pudimos decir nada".

El Papa siguió su camino, uno de los de la avanzada nos dio un rosario bendito, y nosotros regresamos a Río Grande, por la debilidad que tenía Herón.

Comentó que no sabe qué pasó porque sólo tenía cuatro años, pero ya en el auto, rumbo a su hogar, de repente sintió hambre y le pidió de comer a su mamá. Ahí comenzó una mejoría que ya no se detuvo hasta que sanó. Eso fue el 12 de mayo de 1990”

Tenemos además el caso del Cardenal Italiano Francesco Marchisano, amigo personal del Papa, en el año 2000 este purpurado apenas podía hablar después que lo operaron de la carótida. El Papa le tocó la zona operada diciéndole “El Seño le devolverá la voz, yo rezaré por usted”. Poco después el cardenal quedo curado.

También está documentado el caso de la Monja Italiana Ofelia Trespalacios. Ella sufría desde los 20 años de edad, una enfermedad que le producía desmayos y parálisis. En 1984, en una audiencia en Roma, el Papa puso las manos sobre la cara de la religiosa y oró por ella. La bendijo y le sonrió. La enfermedad de la religiosa desapareció por completo.

Yo espero que al recordar estos hechos extraordinarios que podemos llamar milagros, influyan para que pronto veamos al Papa Juan Pablo II quien se llamo Joseph Carol Wojtyla, entre los santos, y contemos con un intercesor valioso ante Dios nuestro Señor.

Mons. Carlos Quintero Arce
Arzobispo Emérito de Hermosillo
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