sábado, 25 de diciembre de 2010

MENSAJE DEL OBISPO DE CAMPECHE CON MOTIVO DE LA NAVIDAD 2010

MENSAJE CON MOTIVO DE LA NAVIDAD 2010

«Les anuncio una gran alegría…: Hoy, en la ciudad de David, nos ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor» (Cf. Lc 2,10-11).

Este anuncio gozoso del nacimiento del Salvador es un anuncio que nos llena de alegría y trae esperanza a nuestro corazón angustiado. El motivo de nuestra alegría y esperanza es grande: ¡Ha nacido el Emmanuel, el Dios-con-nosotros!

Que esta Navidad 2010 el anuncio gozoso del ángel resuene para que todos los campechanos lo recibamos con mucha fe y esperanza: «Hoy, en la ciudad de David, nos ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor». ¡Hombre de Campeche! ¡Mujer de Campeche! En Navidad, Dios se hace niño y pide ayuda y protección. ¡Déjate llevar de la mano por el niño de Belén. No temas, confía en Él!

En Navidad nuestro espíritu se abre a la esperanza contemplando la gloria divina escondida en la pobreza de un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre. Es el Creador del universo reducido a la fragilidad de un recién nacido. Aceptar esta paradoja de la Navidad es entrar en el misterio del Amor que transforma la existencia. En la noche de Belén, el Hijo de Dios se hace uno de nosotros para ser nuestro compañero en los tortuosos caminos de la historia. ¡Déjate llevar de la mano por el niño de Belén!

No tengamos miedo de confiar en Dios, no nos hagamos sordos al anuncio gozoso del ángel que nos recuerda quién es el que nace en Belén. Pongamos nuestra esperanza en Aquel que devuelve al mundo la paz. Dios nos está hablando a gritos en los acontecimientos que nos han tocado vivir acerca de la respuesta que busca de cada uno, pero a Dios sólo se le escucha por la fe.

«Vayamos hasta Belén, para ver eso que el Señor nos ha anunciado» (Cf. Lc 2,15), se dijeron unos a otros los pastores y se fueron a toda prisa. Corramos con los pastores y entremos en la choza de Belén, bajo la mirada amorosa de María, testigo silencioso del prodigioso nacimiento. Que ella nos ayude a vivir una buena Navidad, que nos enseñe a guardar en el corazón, el Misterio de Dios que se ha hecho hombre por nosotros; que nos guíe para dar al mundo testimonio de su verdad, de su amor y de su paz.

Que el Niño recién nacido en Belén nos regale el consuelo de su amor y la dulzura de una renovada esperanza a todos los Campechanos. Que el Niño de Belén nos inspire a todos para unirnos en la construcción de una sociedad de la vida en el amor, el respeto y la paz. Que el Niño recién nacido en Belén suscite la renovación del corazón de cada uno de los campechanos.

Nuestra sociedad campechana será nueva únicamente si nosotros mismos nos renovamos. La novedad de nuestra vida dará origen a nuevas formas de relacionarnos con los demás, con las personas que convivimos día a día.

Mi saludo y felicitación de Navidad va dirigido a los sacerdotes, a los religiosos, a los seminaristas y a las religiosas, que generosamente desgastan su vida en nuestra Diócesis de Campeche. También va dirigido a las familias cristianas, a la juventud generosa y prometedora, a los adolescentes, llenos de entusiasmo, energía y pasión por la vida, a los niños, con su corazón puro e inocente, presente y futuro de nuestra Iglesia y de nuestra sociedad; a los hermanos que han sido tocados por la enfermedad o por el dolor de la muerte de un ser querido, a quienes sufren, con su carga de penas, conocidas solamente por Dios, que todo los comprende y lo premia. Y, finalmente, de un modo especial, se dirige también a los más necesitados de nuestra Diócesis de Campeche.

¡Feliz Navidad! ¡Ánimo!

San Francisco de Campeche, Cam., Diciembre de 2010.


Mons. Ramón Castro Castro
XIII Obispo de Campeche
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