martes, 28 de diciembre de 2010

EL ORIGEN DE LA FIESTA DE LOS SANTOS INOCENTES

LOS SANTOS INOCENTES, MÁRTIRES

Escrito por: Comisión Diocesana de Pastoral para la Comunicación Social.

Cada 28 de Diciembre se recuerda la muerte, en Belén, de aquellos niños menores de dos años, ordenada por el rey Herodes para deshacerse del futuro Rey de Israel. La tradición popular lo ha convertido también en día de bromas, y, en la actualidad, la Iglesia Católica, aprovecha esta jornada para rezar por todos los niños asesinados inocentemente antes de nacer, en una llamada Jornada por la vida.

Pero, realmente, ¿qué es lo que se celebra este día?

Quiero iniciar recordando que estamos en el tiempo de Navidad, que en la Iglesia Católica forma un ciclo que incluye las 4 semanas de preparación anteriores al 25 de Diciembre y las semanas posteriores a la Navidad, que culmina con la fiesta del Bautismo de Jesús por Juan en el Jordán.

Este ciclo de Navidad está fundamentado en el calendario solar. Que efectivamente, como ha mencionado el Papa Bendicto XVI, en su catequesis durante la audiencia general del miércoles 23 de Diciembre de 2009 en el aula Pablo VI, en el Vaticano, «el año litúrgico de la Iglesia no se desarrolló inicialmente partiendo del nacimiento de Cristo, sino de la fe en su resurrección. Por eso, la fiesta más antigua del cristianismo no es la Navidad, sino la Pascua. La resurrección de Cristo funda la fe cristiana, está en la base del anuncio del Evangelio y hace nacer a la Iglesia».

«En el cristianismo, la fiesta de Navidad asumió una forma definida en el siglo IV, cuando sustituyó a la fiesta romana del Sol invictus, el sol invencible; de este modo, se puso de relieve que el nacimiento de Cristo es la victoria de la verdadera luz sobre las tinieblas del mal y del pecado. Sin embargo, la atmósfera espiritual particular e intensa que rodea a la Navidad se desarrolló en la Edad Media, gracias a San Francisco de Asís, que estaba profundamente enamorado del hombre Jesús, del Dios con nosotros».

Hecho este paréntesis cultural, iniciamos subrayando que el origen de la fiesta de los Santos Inocentes tiene dos aspectos:

a).- El aspecto religioso, que nos recuerda el Evangelio de San Mateo en el episodio en el que el rey Herodes al sentirse amenazado por el nacimiento de Jesús ordena matar a todos los niños menores de dos años. De ahí surge la denominación de Santos Inocentes, esta última palabra que significa el que no hace daño a nadie y no obstante padece la muerte o sufrimiento a causa de sus semejantes.

b).- El aspecto de la tradición popular, que surge en Europa, en la Edad Media cuando del 25 al 31 de diciembre todos los ciudadanos dejaban sus deberes cotidianos y en un afán de divertirse tomaban supuestamente el papel de las autoridades civiles y religiosas.

a).- El aspecto religioso

Narra el evangelio de San Mateo que unos Magos de Oriente llegaron a Jerusalén preguntando dónde había nacido el futuro rey de Israel, pues habían visto aparecer su estrella en el oriente, y recordaban la profecía del Antiguo Testamento que decía: «Cuando aparezca una nueva estrella en Israel, es que ha nacido un nuevo rey que reinará sobre todas las naciones» (Núm 24, 17), y por eso se habían venido de sus lejanas tierras a adorar al recién nacido.

Subraya el Evangelista san Mateo que Herodes, se sobresaltó, se asustó mucho con esta noticia y la ciudad de Jerusalén se conmovió ante el anuncio tan importante de que ahora sí había nacido el rey que iba a gobernar el mundo entero. Herodes era tan terriblemente celoso contra cualquiera que quisiera reemplazarlo en el puesto de gobernante del país, que había asesinado a dos de sus esposas y asesinó también a varios de sus hijos, porque tenía temor de que pudieran tratar de reemplazarlo.

Llevaba muchos años gobernando de la manera más cruel y feroz, y estaba resuelto a mandar matar a todo el que pretendiera ser rey de Israel. Por eso la noticia de que acababa de nacer un niño que iba a ser rey poderosísimo, lo llenó de temor y dispuso tomar medidas preventivas.

Herodes mandó llamar a los especialistas en la Sagrada Escritura (a los Sumos Sacerdotes y a los escribas) y les preguntó en qué sitio exacto tenía que nacer el rey de Israel que habían anunciado los profetas. Ellos le contestaron: Tiene que ser en Belén, porque así lo anunció el profeta Miqueas diciendo: «Y tú, Belén, no eres la menor entre las ciudades de Judá, porque de ti saldrá el jefe que será el pastor de mi pueblo de Israel» (Miq 5, 1).

Herodes se propuso averiguar bien exactamente dónde estaba el niño, para después mandar a sus soldados a que lo mataran.

Por lo que fingiendo un natural interés, les dijo a los Magos: «Vayan y se informan bien acerca de ese niño, y cuando lo encuentren vienen y me informan, para ir yo también a adorarlo». Los magos se fueron a Belén guiados por la estrella que se les apareció otra vez, al salir de Jerusalén. Y llenos de alegría encontraron al Divino Niño Jesús junto a la Virgen María y San José; lo adoraron y le ofrecieron sus regalos de oro, incienso y mirra.

Y sucedió que en sueños recibieron un aviso de Dios de que no volvieran a Jerusalén y regresaron a sus países por otros caminos.

¿Qué sucedió después?

Que el perverso Herodes se quedó sin saber dónde estaba el recién nacido. Esto lo enfureció terriblemente, por lo que rodeó con su ejército la pequeña ciudad de Belén, y mandó a sus soldados a que mataran a todos los niñitos menores de dos años, en la ciudad y sus alrededores. Ya podemos imaginar la terrible angustia para los papás de los niños al ver que a sus casas llegaban los soldados para, ante sus ojos, asesinar a su hijo.

Por tal motivo, cuenta la tradición que el emperador César Augusto decía con burla que ante Herodes era más peligroso ser Hijo (Huios) que cerdo (Hus), porque a los hijos los mataba sin compasión, en cambio a los cerdos no, porque entre los judíos está prohibido comer carne de ese animal.

San Mateo dice que en ese día se cumplió lo que había avisado el profeta Jeremías: "Un griterío se oye en Ramá (cerca de Belén), es Raquel (la esposa de Israel) que llora a sus hijos, y no se quiere consolar, porque ya no existen" (Jer. 31, 15).

Como el hombre propone y Dios dispone, sucedió que un ángel vino la noche anterior y avisó a José para que saliera huyendo hacia Egipto, y así cuando llegaron los asesinos, ya no pudieron encontrar al niño que buscaban para matar.

De acuerdo con los censos de aquella época se piensa que no murieron más de 30 niños inocentes, aproximadamente.

A partir del siglo IV, la Iglesia Católica estableció una fiesta para recordar a estos niños que murieron como "mártires", porque murieron en sustitución de Jesús. La tradición latina los recuerda el 28 de diciembre. La tradición concibe su muerte como "bautismo de sangre" y preámbulo al "éxodo cristiano", semejante a la masacre de otros niños hebreos que hubo en Egipto antes de su salida de la esclavitud a la libertad de los hijos de Dios (Ex 3,10; Mt 2,13-14).

Moisés había sido puesto en las aguas del Nilo en una canasta porque el faraón estaba haciendo matar a todos los hijos varones de los esclavos israelitas, que se estaban reproduciendo mucho más que los ciudadanos egipcios. De esta manera Mateo expresó que Jesús había llegado para instaurar la Nueva Alianza (superando la antigua alianza de Dios con Moisés) y mostró así que Jesús era el mesías que los judíos esperaban.

b).- El aspecto de la tradición popular

Surge en Europa, en la Edad Media cuando en los días comprendidos entre Navidad y Año Nuevo, del 25 al 31 de diciembre todos los ciudadanos dejaban sus deberes cotidianos y en un afán de divertirse tomaban supuestamente el papel de las autoridades civiles y religiosas.

De esta manera, se creaban leyes temporales, se otorgaban toda clase de perdones, incluso de deudas, además de que se hacían bromas a la gente. Era un tiempo de mascaradas, de baile, canto y en el que los ciudadanos hacían todo tipo de locuras, por lo que se le denominaba la "fiesta de los locos", la cual derivó en excesos muy delicados como asesinatos.

Ante ello, la autoridad de ese tiempo lo prohibió y sólo permitió que se continuara con el aspecto de las bromas hasta cierto límite, además de que la fiesta se redujo a un solo día, el 28 de diciembre, en su afán por calmar las excentricidades de los participantes.

Se inició de esa forma la unión pagano-religiosa de estas fiestas, donde se juegan bromas de todo tipo a los más descuidados.

Dicha fusión de historia, religión y paganismo originó a su vez una serie de celebraciones en varias regiones del mundo, que incluyen disfraces, música típica y la congregación de las comunidades para participar.

¿Pero por qué este día se ha transformado en el elegido para hacer bromas?

Aunque el suceso original fue muy serio y cruel, quizás Herodes vivió muchos años engañado pensando que había logrado destruir al niño y probablemente, fue este detalle del “engaño” el que dio origen a la divertida tradición de divertirse un poco a costa de “engañar” a otras personas.

Por ello, se supone que este día se escogió como la jornada tradicional para efectuar bromas a seres que, como aquellos niños inocentes, no saben ni entienden lo que les sucede.

Ahora bien, el primer dato conocido sobre las bromas de los Santos Inocentes se ubica en el sur de España, en Sevilla, donde a las personas distraídas o despistadas se les colocaba un letrero o monigote en la espalda y la gente le gritaba ¡¬inocente! ¡¬inocente!.

La tradición llegó a México con los españoles, aunque en el país hubo algunos cambios como la broma de pedir prestado y no regresar el dinero hasta el 2 de febrero, lo que recuerda el relato en que Herodes busca a Jesús y éste reaparece en el templo el 2 de febrero.

Al incorporarse esta fecha a la tradición mexicana se intenta unir lo religioso con lo pagano y se incorpora la cantaleta «Inocente palomita que te dejaste engañar, sabiendo que en este día nada se puede prestar».

Además, a través de los medios de comunicación se dan noticias que parecerían deseables pero que son falsas, como que se eliminará el impuesto de la tenencia, no subirá la gasolina o que los políticos no cobrarán por hacer su trabajo.

En nuestra ciudad era muy popular en esta fecha el Baile al revés, en el cual son las mujeres las que sacan a bailar al hombre, pues, a ejemplo de aquella fiesta de la edad media, se crea, para ese día una ley no escrita para la sociedad: las mujeres toman la iniciativa para acercarse al hombre e invitarlo a bailar.

Este tipo de festejo ha venido a menos en años recientes y ya no es usual que la gente pida prestado con la esperanza de que el prestador no recuerde la fecha y se le pueda hacer mofa con la muy popular frase: «Inocente palomita que te dejaste engañar»

Para la Iglesia bromear y divertirse no es contrario a la fe cristiana siempre que se haga con respeto y prudencia. No obstante lo más importante es que los católicos hagamos conciencia de las víctimas inocentes, como quienes mueren a causa de accidentes relacionados con el consumo del alcohol, por secuestro y narcotráfico o negligencias médicas, abortos, entre otros. O de los que sufren injusticias.
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