miércoles, 9 de noviembre de 2011

LA IGLESIA EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

LA IGLESIA EN LOS MEDIOS
DE COMUNICACIÓN

Comunicado de Prensa del domingo 6 de Noviembre de 2011 presentado por el Pbro. José Juan Sánchez Jácome, Director de la Oficina de Comunicación Social de la Arquidiócesis de Xalapa.

La postura de la Iglesia en torno a situaciones que tienen una evidente repercusión moral siempre será motivo de comentarios, sobre todo porque los criterios actualmente emanan de una nueva cultura que tiene muchos residuos de la mentalidad capitalista y de otras ideologías. También la vida interna de la Iglesia -sus escándalos, más que sus aciertos- ha sido un tema recurrente en el ambiente mediático, donde se escuchan razonamientos muy sensatos, dignos de tomarse en cuenta, y al mismo tiempo pronunciamientos oportunistas.

En efecto, sobre la vida interna de la Iglesia se señalan cosas que son francamente imprecisas, tendenciosas o en el peor de los casos falaces. En muchas ocasiones se ha sentido la necesidad de aclarar este tipo de pronunciamientos tendenciosos, pero la verdad muchas veces es una empresa francamente titánica que rebasa nuestra capacidad de respuesta, ya que las fuerzas se tienen que ocupar en construir un mundo mejor y no en desgastarse en comentarios cuya intencionalidad rebasa los parámetros éticos necesarios para una discusión productiva.

También el hecho de pronunciarse sobre este tipo de comentarios amarillistas y falaces tiene diversas maneras de interpretarse. Hay analistas políticos, e incluso miembros de nuestra comunidad cristiana, que consideran que responder a todos los ataques contra la Iglesia promocionaría a las personas y grupos que se pronuncian en ese sentido.

Por ejemplo, hablar de películas, libros y pronunciamientos con una predisposición marcadamente anticatólica sería una manera de darles promoción, aunque muchas veces se ha antojado decir una palabra justamente por su falta de precisión teológica, histórica y metodológica cuando tratan temas relacionados con la Iglesia. Estas publicaciones no solamente tratan con parcialidad los temas eclesiásticos, sino que también rebajan su presunción de seriedad y objetividad, y en el peor de los casos comprometen su plataforma científica desde la que presumen hablar.

Por otra parte hay quienes consideran que no hablar de estas situaciones representaría una manera tácita de aceptarlas o de vivir en la despreocupación. Es muy difícil, por eso, saber cuándo es conveniente pronunciarse, cuánto es prudente hablar y salir al paso de comentarios infundados. Será siempre una tarea que requiera de un verdadero discernimiento para hablar cuando sea necesario y apremiante hacerlo.

Hay temas y personajes eclesiásticos que han pasado por este tratamiento infundado. Aquí mismo, en nuestro contexto diocesano, tampoco nos hemos salvado de los pronunciamientos tendenciosos y amarillistas. Les ha sucedido a nuestros Obispos en varias ocasiones, cuando se citan palabras que nunca dijeron o cuando se sostienen versiones de hechos que realmente nunca sucedieron.

En fin, los medios destacan la vida y la dinámica de la Iglesia y han sido realmente críticos cuando las circunstancias lo han exigido, sobre todo cuando a nivel individual se viven situaciones que no tienen nada que ver con la hermosa misión que Dios nos ha concedido a los sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos de esta bendita Iglesia de México. Pero también se lanzan en los medios de comunicación comentarios infundados o falaces que gozan asimismo de impunidad.