martes, 18 de octubre de 2011

GUIDO MARÍA CONFORTI, DISCÍPULO, MISIONERO Y SANTO


GUIDO MARÍA CONFORTI,

DISCÍPULO, MISIONERO Y SANTO

 

Artículo escrito por Mons. Mario Espinosa Contreras, Obispo de Mazatlán.


La heroica labor misionera de la Iglesia a través de los siglos, ha contado con protagonistas destacados que, de variadas formas se han entregado con todas sus energías, para que los hombres y mujeres reciban y vivan la salvación, que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo ofrecen a la humanidad.

Entre estos testigos insignes está Guido María Conforti, quien por la educación recibida de sus padres, desde niño cultivó un acendrado amor a Dios y al prójimo, destacándose por su solicitud con los pobres; él fue siendo progresivamente un verdadero discípulo de Cristo. Siendo seminarista a los quince años leyó con fascinación y asimilación la vida de San Francisco Xavier, se sintió identificado con el carácter enérgico y arriesgado del santo, admiraba su sed de ganar a las personas para el Señor; y de esta forma se fue desarrollando en el corazón de Conforti, un profundo sentido misionero, y el deseo íntimo de trabajar en las misiones extrajeras, lo que no fue posible por sus quebrantos en la salud.

Fue ordenado Presbítero para la Diócesis de Parma, y por sus cualidades laboró en servicios sacerdotales trascendentes. A los 30 años de edad siendo sacerdote diocesano fundó la Congregación de San Francisco Xavier para las Misiones Extranjeras, y a los cuatro años posteriores enviaba a los dos primeros misioneros a China.

Él personalmente hubiera querido ser también evangelizador en el lejano Oriente, Oceanía o África, pero se lo impidió en parte su frágil salud, y la obediencia a la Iglesia que lo llamó a ser Arzobispo de Ravena y luego Obispo de Parma, pero le fue autorizado estar al frente de su Instituto Misionero; con su oración y su acción impulso la animación misionera no solo en Ravena y Parma sino en toda Italia.

En su lecho de muerte él manifestaba verbalmente la razón de toda su vida profiriendo con breves pausas: "ya vivamos, o ya muramos somos del Señor". Cristo fue el centro de su existencia, y nos lo refleja al escribir lo que él vivió: "tengamos a Cristo ante los ojos de nuestra mente, y el nos acompañara por doquier: en la oración, en el altar, en el estudio, en la múltiples ocupaciones del ministerio apostólico, en el contacto con el prójimo, en el desaliento, en el dolor, en la tentación, y en todo recibiéremos de él la inspiración, de modo que nuestras acciones exteriores sean la manifestación de la vida interior de Cristo en nosotros".

Nos alegramos que el próximo 23 de octubre, Domingo Mundial de las Misiones, S.S. Benedicto XVI, lo proclamará Santo. Ese día oremos fervientemente por los abnegados misioneros, para que el Señor nos conceda abundantes  vocaciones misioneras, y supliquemos para nosotros el don y la sabiduría de ser discípulos, misioneros y santos. También ofrezcamos con generosidad nuestra ayuda económica a la noble causa misionera, a fin de que Cristo sea más conocido y amado por todos los hombres y mujeres de la tierra.

Felicitamos a los Misioneros y Misioneras Xaverianos, y que el testimonio de su santo fundador nos impulse a todos, en nuestro obsequioso seguimiento de Cristo. ¡San Guido Maria Conforti, ruega por nosotros!