lunes, 26 de septiembre de 2011

MENSAJE DOMINICAL DEL OBISPO DE CANCÚN-CHETUMAL: DOMINGO XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO


ERRAR ES HUMANO, PERDONAR ES DIVINO
Y SABER CORREGIRSE ES DE SABIOS

Mensaje Dominical de Mons. Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, Obispo Prelado de Cancún-Chetumal.

Toda parábola encierra un mensaje. ¿Cuál es el mensaje de hoy? En la parábola de hoy Cristo nos ayuda a descubrir ese mensaje aplicándolo a las circunstancias históricas de su vida. El pueblo de Israel es el primer hijo que dijo sí al principio aceptando la ley de Moisés y luego no hizo caso a la llamada del Mesías. El pueblo pagano es el segundo hijo que dijo no, pero luego se arrepintió y le hizo caso a Jesús. El mensaje del primer hijo se puede resumir así: lo más importante de toda la vida religiosa y cristiana es hacer la voluntad de Dios, diciéndole sí con las obras, no sólo con las palabras, los sentimientos y con las buenas intenciones.

Al final de nuestra vida lo único que importará es lo que hayamos hecho, no lo que hayamos dicho, no lo que hayamos sentido, no lo que hayamos pensado, si no que lo que hicimos por nuestros hermanos… “no todo el que dice Señor, Señor, entrará en el Reino de los cielos, si no el que hace la voluntad de mi Padre”… Nos gusta mucho venir a la Iglesia a rezar, a cantar alabanzas al Señor y a pedirle por nuestras necesidades, pero también él nos pide algo a nosotros. La verdadera religión es no sólo pedirle, si no darle lo que él nos pida, no negarle nada, porque obras son amores y no buenas razones.

El segundo mensaje es sobre el arrepentimiento: peor que el pecado es la falta de arrepentimiento. Aunque hayamos pecado y hayamos dicho que no a Dios, si nos arrepentimos Dios nos perdona, cambiamos de vida y entonces hay más alegría en el cielo por un pecador que se arrepiente que por cien que no necesitan penitencia.

Dios ama mucho a los arrepentidos y Dios rechaza a los soberbios que no son capaces de reconocer sus faltas, arrepentirse sinceramente y pedir perdón ¿Por qué no nos arrepentimos de nuestros pecados? ¿Por qué nos cuesta tanto pedir perdón? Dios nos está esperando en el confesionario para perdonarnos, sanarnos, purificarnos y llenarnos de su gracia, de su paz y de su amor.

Dios nos está esperando como al hijo pródigo, para abrazarnos, besarnos, perdonarnos y hacer fiesta por nuestra vuelta a la casa del Padre. De los humanos es errar, de Dios es perdonar y de los sabios y humildes es arrepentirse y volver a empezar una nueva vida.