domingo, 31 de julio de 2011

GRACIAS, DOCTOR, POR SU EJEMPLO


GRACIAS, DOCTOR, POR SU EJEMPLO

Artículo del  Pbro. Richard L. Clifford, Misionero de Maryknoll, sacerdote católico y colaborador de la Pastoral del Amor en la Arquidiócesis de Yucatán.

"Se debe rezar como si todo dependiera sólo de Dios
y esforzarnos como si todo estuviera sólo en nuestras manos".
San Agustín

El otro día, visitando a una señora bastante afligida, me impresionó muchísimo cómo el doctor que la atendía tan compasivamente le aconsejaba varias veces ponerse confiadamente en las Manos Divinas de Dios. Esa "Presencia del Señor" en que confiaba aquel médico me hizo recordar aquella mañana -hace varios años, en un hospital de Lima Perú- donde fui llamado para atender a un moribundo.

Llegado ahí subí al cuarto piso y salí a toda prisa del ascensor. Casi corriendo, doblé en una esquina del corredor para pasar por una sala de espera, dando ligera mirada por la ventana.

A pesar de mi apuro, me detuve un momento, con cierta curiosidad y reflexión, pues allí, parado delante de una imagen de "San Martín de Porres", vi en posición de reverencia a un caballero vestido de blanco, cuyos labios se movían silenciosamente en sencillas plegarias.

En eso lo reconocí, era un destacado cirujano del hospital. A temprana hora el doctor solía entrar a la sala de operaciones.

Al parecer estaba pidiendo al "Santo Moreno" fuerza y habilidad para cumplir bien su difícil tarea, poniendo en las manos de Dios el resultado de la intervención quirúrgica.

No cabe duda que habrá aquellas personas escépticas que calificarían este gesto de oración como cierta "superstición". Otros pensarían negativamente llamándolo "puro sentimiento superficial". Además no faltarían los que digan que ese acto de "cucufatería" no sirve de nada para el desarrollo profesional.

No pretendo expresar un criterio sobre la sinceridad de aquel médico. Tampoco tengo la menor idea de la profundidad de su devoción, pero prefiero pensar positivamente y reflexionar sobre lo bueno que esta actitud podría señalar, inspirado por aquellas palabras de Cristo mismo: "Pidan y Dios les dará. El que pide recibe y el que busca encuentra" (San Mateo 7, 7).

La actitud de un profesional inteligente, capaz y preparado, con bastante experiencia en su dedicación, interrumpiendo su horario -¡o dándole comienzo!- con una actitud piadosa bien puede servir para todos tanto de ejemplo como de inspiración o cierto empuje, cualquiera que fuera nuestra ocupación, labor, responsabilidad o tarea en la vida, separando un momento para reconocer que siempre hay "Alguien más sabio y poderoso que nosotros", Alguien que nos inspira sabiendo lo difícil que es nuestra vida o nuestra obligación.

Además, me viene la reflexión de cuánto debemos rezar por los profesionales -como ese distinguido médico- que tienen serias responsabilidades qué cumplir y necesitan una ayuda especial para desempeñar dignamente su misión particular. Agradezco al doctor su sincero gesto aquella mañana, cuando yo, ¡apuradamente!, quizás con cierta ligereza, iba a cumplir mi propia responsabilidad.

Muchas gracias, doctor, por haberme dado tan buen ejemplo, al darse un momento para poner nuestra responsabilidad particular en las manos de Dios.

Todos los servidores de nuestra "Pastoral de la Salud" nos unimos siempre en oración entre nosotros y con los mismos pacientes a quienes visitamos.

Así, nos unimos a cada momento con el Divino Médico, Quien pasó su vida sanando a los afligidos de alma y cuerpo.