lunes, 13 de junio de 2011

LA IGLESIA EN EL MUNDO DIGITAL


LA IGLESIA EN EL MUNDO DIGITAL

Elementos claves del Mensaje del Papa
y presencia de la Iglesia en el Mundo Digital

Artículo del Pbro. Carlos Arturo Quintero, secretario Ejecutivo del Departamento de comunicación y Prensa del CELAM

INTRODUCCIÓN
Agradezco a la Comisión de Comunicación de la Conferencia Episcopal de Colombia. A Mons. Héctor Gutiérrez Pabón, su Presidente y a la comunicadora, Luz Marina Medina por la invitación a compartir con ustedes sobre la realidad comunicacional de la Iglesia en América Latina y el Caribe y el mensaje del Papa Benedicto XVI con motivo de la Jornada mundial de las comunicaciones sociales.

Para esta intervención centraré la atención en tres ideas fundamentales:

a. Los puntos centrales del Mensaje del Papa.
b. Realidad Comunicacional de la Iglesia en América Latina y el Caribe. Presencia en el mundo digital.
c. Los grandes desafíos que se le plantean a la Iglesia en el mundo digital.

a. LOS PUNTOS CENTRALES DEL MENSAJE DEL PAPA

1. Algunos de los aspectos que deseo destacar en este primer punto sobre el Mensaje del Papa están contenidos en una entrevista concedida para la Revista Española ECCLESIA. Empecemos por la originalidad del tema: “verdad, anuncio y autenticidad en la era digital”. El Papa vuelve a centrar la atención en el concepto de la verdad y del anuncio.

Desde que el Papa Pablo VI, comenzó a celebrar el 7 de mayo de 1967 la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales como fruto de una iniciativa del Concilio vaticano II a través del decreto INTER MIRIFICA. Los tres Pontífices han hablado de la verdad y del anuncio como exigencia fundamental de la vida cristiana. En 1972, por ejemplo el Papa Pablo VI en su mensaje de la VI Jornada habló de “los instrumentos de comunicación social al servicio de la verdad”. El Papa Juan Pablo II en diversos mensajes instó a reflexionar sobre la verdad y nos mostró a Jesús como el modelo de comunicador. En 1997 su mensaje se tituló: “comunicar a Jesús: el Camino, la Verdad y la Vida”; en junio del 2000 el tema fue: “anunciar a Cristo en los medios de comunicación social al alba del tercer Milenio”; en el 2001 “Proclamar desde los terrados: el evangelio en la era de la comunicación global”. En el año 2008, el Papa Benedicto XVI vuelve a centrar la atención en la verdad, el mensaje de ese año se tituló: “los medios: en la encrucijada entre protagonismo y servicio. Buscar la verdad para compartirla”.

Algo que deseo destacar aquí es que en los últimos mensajes el Papa Benedicto XVI ha promovido la reflexión sobre las nuevas tecnologías. Una mirada a los medios de comunicación, una mirada al mundo digital, con todos los desafíos y riesgos que se puedan encontrar. Me parece importante este avance porque sin olvidar la riqueza de los medios hoy constatamos que la era digital es el mundo de los jóvenes y de los niños que ha transformado nuestras relaciones. Pero esta reflexión del Papa está en consonancia con los mensajes anteriores de los Sumos Pontífices. Ya el Papa Juan Pablo II había hablado de la internet en el 2002 cuando nos recordó que se “trata de un nuevo foro para la proclamación del evangelio”.

No podemos por lo tanto pasar inadvertido el proceso de reflexión del Papa Benedicto XVI que en el 2009 planteó el gran desafío frente al uso de las nuevas tecnologías. Deben surgir, propuso el Papa relaciones de respeto, de amistad y de diálogo. Ya había entonces una mirada a la autenticidad y a la identidad que este año son esenciales en su mensaje. En el 2010 con motivo del año sacerdotal el Papa ofreció una reflexión sobre “el sacerdote y la pastoral en el mundo digital: los nuevos medios al servicio de la Palabra”, y una vez más instó a los jóvenes a ser evangelizadores de la era digital. A la luz del mensaje para el 2011, podemos extraer algunos elementos claves para nuestra reflexión.

Verdad y Anuncio. El primer aspecto destacado del mensaje tiene que ver con la verdad y el anuncio. VERDAD Y ANUNCIO; la verdad que nos hace libres y que va más allá del concepto aristotélico como una adecuación del intelecto con la cosa, que implica la forma o del concepto platónico que comporta la idea. Aquí la verdad debe comprender el concepto de la estética, de la trascendencia, del conocimiento. Y el anuncio que constituye la esencia de la misión de la Iglesia pues ella existe para evangelizar [1].

Autenticidad, riesgos y límites. Un segundo aspecto relevante tiene que ver con la autenticidad que además está ligada al concepto de identidad. Desde aquí el Papa plantea los riesgos y los límites frente al uso de las nuevas tecnologías. Entre los riesgos plantea el Papa una serie de interrogantes que debemos revisar permanentemente: “¿Quién es mi “prójimo” en este nuevo mundo? ¿Existe el peligro de estar menos presentes con quien encontramos en nuestra vida cotidiana ordinaria? ¿Tenemos el peligro de caer en la dispersión, dado que nuestra atención está fragmentada y absorta en un mundo “diferente” al que vivimos? ¿Dedicamos tiempo a reflexionar críticamente sobre nuestras decisiones y a alimentar relaciones humanas que sean realmente profundas y duraderas?” [2]. Para mí esta idea es clave en el mensaje, pues nos recuerda la importancia de la comunicación humana y la necesidad de comprender que las tecnologías de la información y de la comunicación se hicieron para el servicio del hombre y no el hombre como esclavo del mundo mediático y tecnológico. Y los obispos reunidos en Aparecida fueron conscientes de esta realidad cuando afirmaron: “los medios de comunicación, en general, no sustituyen las relaciones personales ni la vida comunitaria local” [3].

En el contexto latinoamericano podemos constatar que estos reclamos del Papa son válidos. Pues muchas veces se da rienda suelta al exhibicionismo, al sensacionalismo noticioso y se pierde de vista la profundidad de la verdad; en el caso de nuestras familias baste pensar en que, muchas veces podemos entrar en contacto con personas a través de la web, interactuar con amigos que hemos conocido a través de las redes sociales, generar empatías con personas que podemos ver a través de las cámaras web o con las que podemos compartir sin dificultad datos personales, historias de vida, etc., mientras nos olvidamos de entrar en contacto con mamá o papá, compartir con ellos y disfrutar de la compañía de los seres con quienes vivimos diariamente. Por lo mismo es importante no hacer en el servilismo sino aprender a usar con responsabilidad estos medios tecnológicos. Gran responsabilidad para los educadores, los pastores y los padres de familia, llamados a orientar a las futuras generaciones en el uso correcto de las nuevas tecnologías.

Además de estos riesgos en el mensaje se plantean algunos límites típicos de la comunicación digital: “una interacción parcial, la tendencia a comunicar sólo algunas partes del propio mundo interior, el riesgo de construir una cierta imagen de sí mismos que suele llevar a la autocomplacencia”. Y de aquí surge el gran desafío de ser auténticos y evangelizadores en el mundo digital. Con las palabras del Papa no podemos olvidar que “las nuevas tecnologías de comunicación deben ponerse al servicio del bien integral de la persona y de la humanidad entera. Si se usan con sabiduría, pueden contribuir a satisfacer el deseo de sentido, de verdad y de unidad que sigue siendo la aspiración más profunda del ser humano” [4].

Transformación cultural. Otro aspecto clave del mensaje es la comprensión de que “las nuevas tecnologías no modifican sólo el modo de comunicar, sino la comunicación en sí misma, por lo que se puede afirmar que nos encontramos ante una vasta transformación cultural” [5]. Transformación que se revela en el modo de relacionarse de nuestros niños y jóvenes, a través de las redes sociales; el contacto permanente de nuestros niños y adolescentes con los vídeo juegos. El uso de la telefonía móvil con todos sus aplicativos que permite el intercambio de información, almacenamiento de datos y genera un estilo de comunicación ágil, cómoda y muchas veces superficial. Los ipod y mp3, mp4 facilitan la interconexión, y el acceso a la música de preferencia pero puede generar aislamiento social. El cine en tercera dimensión, la televisión digital, el ciberespacio plagado de sitios web brindan todo tipo de información las veinticuatro horas del día y los trescientos sesenta y cinco días al año, pero en este mundo maravilloso fácilmente podemos extraviarnos y convertirnos en seres solitarios y esquivos al encuentro, la fraternidad y la familia. Se ha ido transformando el modo de educar. Las aulas han ido evolucionando hacia la configuración de espacios virtuales.

Sin embargo en todo este banquete tecnológico aún se puede constatar la brecha entre ricos y pobres, la imposibilidad de muchos para acceder a las nuevas tecnologías y el analfabetismo digital que marca diferencias y genera discriminación y exclusión. Estos son los nuevos rostros de los que habla Aparecida [6]. No hay duda que nos hallamos ante una nueva generación denominada “los nativos digitales” y la era del pulgar. La forma de pensar se ha ido transformando, el modo de vestir, de concebir el arte y la belleza.

Evangelizar el mundo digital. Es precisamente aquí donde nace nuestra responsabilidad ¿cómo evangelizar estos escenarios tecnológicos? ¿De qué manera propiciar el diálogo con el mundo de la tecnología en el patio de los gentiles? ¿Cómo usar correctamente las Tecnologías de la información y la comunicación al servicio de la evangelización? La clave está en aprender a escuchar, en reconocer estas transformaciones culturales y en aceptar que la tecnología es una “oportunidad”. La Iglesia está llamada a promover, incentivar y realizar este diálogo con el mundo de la comunicación, de la cultura, de la política, del arte, etc. que son los nuevos areópagos para poder cumplir con su misión evangelizadora. Ella debe evangelizar la cultura e inculturar el evangelio.

b. REALIDAD COMUNICACIONAL DE LA IGLESIA EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE

La riqueza comunicacional de la Iglesia la podemos evidenciar en:
1. La evangelización. Todo el proceso de evangelización implica un encuentro personal e íntimo con Cristo, en el que podemos contemplar diversos elementos de un acto comunicativo: cercanía, encuentro, conquista, amistad. La misma encarnación del Hijo de Dios, el Verbo encarnado, es un acto comunicativo, Jesús ha venido para “comunicarnos la vida”.

2. La pastoral. Podemos definir la pastoral, como el ejercicio de la triple dimensión bautismal: profetismo, sacerdocio y realeza. La pastoral es la acción concreta de la evangelización; todas las acciones pastorales de la Iglesia deben conducir a vivir procesos de evangelización; por lo mismo la pastoral debe estar impregnada de un proceso comunicacional. Podemos decir que la comunicación es transversal en la pastoral de la Iglesia, pasa por toda la vida de a Iglesia y la hace dinámica.

3. La Liturgia y los sacramentos. Es maravilloso poder contemplar la riqueza de la liturgia –signos y símbolos- en la Iglesia. La eucaristía, los sacramentos son signos sensibles de la presencia de Dios y como tal sus signos comunican, expresan la presencia de Dios, fomentan la fraternidad y el encuentro, despiertan la caridad y la solidaridad, fortalecen la amistad.

4. La homilía. Es un espacio y un momento de comunicación; en ella el sacerdote entra en comunión con los fieles. Por esta razón l lenguaje debe ser coloquial y familiar.

5. La oración. Es un encuentro con Dios, es un acto comunicativo, pero también la oración es una experiencia de comunión que se vive en comunidad. La oración es comunicación en doble vía: vertical, en relación con Dios y horizontal, se hace acción, en la relación de comunión con el hermano.

6. Los templos. Lugares de encuentro, escenarios de comunión; el templo es la casa de Dios, donde se vive una experiencia de trascendencia. La misma arquitectura de las grandes basílicas revela ese gesto de comunicación, la búsqueda, la presencia, el encuentro. Los templos tienen un atrio, el atrio es punto de encuentro, es espacio para la comunicación. Otros espacios y momentos de comunicación que deberíamos valorar son las solemnidades y grandes celebraciones como semana santa, navidad, fiestas patronales, el despacho parroquial, la sacristía, el confesonario, etc.

Además de esta riqueza comunicacional, a la luz de la experiencia de los diversos países podemos mencionar la existencia de los medios puestos al servicio de la evangelización y la formación permanente.

1. Estaciones de radio y de televisión. En casi todos los países de América Latina se cuenta con numerosas estaciones de radio y de televisión. Se han creado asociaciones para poder compartir e intercambiar experiencias y para promover la ayuda mutua y el liderazgo; baste pensar en la Red de medios de Centro América y México. En el caso de la televisión, se cuenta con una programación variada, la unión de esfuerzos en la creación de un banco de programas y el trabajo conjunto en torno a la Misión continental.

2. Festivales de cine. Desde la Iglesia se lideran y promueven los festivales de cine y la reflexión en torno al cine en valores. Asociaciones mundiales como SIGNIS, hacen presencia en un gran número de festivales de cine, desde Venecia hasta Cartagena, premiando las películas que promueven los valores humanos, éticos, estéticos, etc. Existe en Guadalajara el Festival de cine Tercer Milenio, (que fue creado en Roma) y cuya misión es promover el cine social.

3. Prensa católica. Numerosos periódicos de edición mensual, semanal y un diario en Panamá, circulan con éxito en muchos países. Baste recordar el semanario de Guadalajara de la Arquidiócesis, con un tiraje de 150,000 ejemplares; del diario de Panamá, Panorama Católica, con un tiraje de 300 mil ejemplares; El catolicismo y más de 30 periódicos en Colombia con una edición regular.

4. Sitios Web. Numerosos sitios web católicos promueven la fe, dinamizan la esperanza y difunden la Buena Nueva de la salvación, mediante la interacción, la cooperación y el intercambio. Baste navegar por los portales del CELAM, VATICANO, las CCEE, etc. Numerosos blogs, twiters, facebook, diversas redes sociales y agencias de noticias de interés eclesial como ZENIT, NOTICELAM, INFODECOM, ACIPRENSA.

La presencia de la Iglesia en el mundo digital es evidente y ella promueve la reflexión sobre el uso correcto de las nuevas tecnologías. Baste imaginar la transmisión de la beatificación del Papa Juan Pablo II a través de streaming de audio y vídeo y el uso de las redes sociales o la creación del grupo “los centinelas digitales” que promovieron vigilias a través del ciber espacio y cadenas de oración como preparación a este acontecimiento mundial. Igualmente la celebración de la jornada de las comunicaciones que recibe un despliegue de creatividad e iniciativa de los diferentes países y en una mesa común se comparte todos los recursos pastorales.

5. El interés por la formación en comunicación. Desde el CELAM y diversas organizaciones como OCLACC, ALER, SIGNIS, PONTIFICIO CONSEJO PARA LAS COMUNICACIONES SOCIALES, se brindan espacios de formación permanente.

c. LOS GRANDES DESAFÍOS QUE SE LE PLANTEAN
     A LA IGLESIA EN EL MUNDO DIGITAL

La Iglesia en América Latina ha empezado a dar pasos, lentamente pero significativos ante el mundo de las redes sociales. Aún se experimenta temor en algunas instancias eclesiales, que puede ser superado mediante un trabajo de conciencia y percepción crítica que se debe implementar en todas las Conferencias Episcopales, desde la Pastoral de la comunicación, que nos debe ayudar a comprender para qué sirven las redes sociales, sus ventajas y desventajas, sus luces y sombras, pero sobre todo la concepción misma de la red. Creo que la Iglesia ha vivido esta experiencia de ser una red de redes, de hecho la comunión universal es expresión de unidad, de fraternidad, de colaboración, de integración, elementos fundamentales en una red. Esta es su naturaleza propia, en este sentido no debería haber un problema de comprensión y aceptación de lo que es una red social.

Muchos de los sitios webs católicos se hayan conectados a las redes sociales, muchos de nuestros obispos no sólo cuentan con sus blogs sino que también ya están presentes en las redes sociales. Eso es importante pero hace falta tener unas políticas claras desde cada Conferencia Episcopal que permita el mejor aprovechamiento de estas redes para la nueva evangelización. Seguramente que el sínodo de nueva evangelización convocado por el Papa para el próximo año tendrá como uno de los grandes desafíos el uso de las nuevas tecnologías, el acceso a las redes sociales para impulsar la promoción humana, la cultura cristiana y la evangelización de nuestros pueblos. Por lo tanto enumeremos los grandes desafíos:

1. “Familiarizarnos con las nuevas tecnologías” y reconocer que los sitios web deben ser escenarios de evangelización.

2. Centrar la atención en la importancia de la comunicación humana. Esto significa que el mundo de la comunicación no ha de reducirse a la radio, la prensa, la televisión, la internet, el cine, etc. La comunicación es un proceso de relaciones que debe conducir a los seres humanos a construir comunidad, comunicación para la comunión y comunión para la comunicación. El acto de comunicar aquí debe ser comprendido como donación, misión, comunión y servicio.

3. Con los obispos en Aparecida [7] podemos pensar en la necesidad estar presente en los medios de comunicación social: prensa, radio y TV, cine digital, sitios de Internet, foros y tantos otros sistemas para introducir en ellos el misterio de Cristo.

4. Educar la formación crítica en el uso de los medios de comunicación desde la primera edad.

5. Desarrollar una política de comunicación capaz de ayudar, tanto las pastorales de comunicación como los medios de comunicación de inspiración católica, a encontrar su lugar en la misión evangelizadora de la Iglesia.

Quisiera terminar diciendo que el acto de comunicar debe ser un camino hacia la comunión, es decir que debe propiciar el encuentro y la esperanza. Para un mundo que vive inmerso en la desesperanza el comunicador (profesional o no) debe ser un profeta de esperanza; para un mundo en el que se constata el relativismo, el comunicador debe ser un testigo del amor de Dios, promotor de la verdad y defensor de la justicia; para un mundo que se mueve entre la incoherencia y la ausencia de valores, el comunicador debe ser artífice de la paz. El acto de comunicar se convierte entonces en un acto de donación. Fue esta la experiencia de Jesús, el comunicador por excelencia, en quien convergen el mensaje y el mensajero, su vida fue una donación total, nos reveló con sus actitudes el rostro de misericordia y compasión de Dios, vino para comunicarnos “vida y vida en abundancia” [8].

BIBLIOGRAFÍA
· Mensajes de los Papas con motivo de las Jornadas Mundiales de las Comunicaciones Sociales. [On line] Disponible en internet: http://www.vatican.va/
· QUINTERO GÓMEZ, Carlos Arturo. A la luz de Aparecida… La Comunicación. Centro de publicaciones, CELAM, 2008
· V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe. DOCUMENTO CONCLUSIVO Aparecida, Centro de Publicaci0nes CELAM, 2007

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[1]  Pablo VI, Evangelii Nuntiandi. 14
[2]  Benedicto XVI. Mensaje para la XLV Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. 5 de junio de 2011
[3]  DA n. 489
[4]  Benedicto XVI. Mensaje para la XLV Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. 5 de junio de 2011
[5]  Benedicto XVI. Mensaje para la XLV Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. 5 de junio de 2011
[6]  Cfr. DA 407-430
[7]  Cfr. DA 486
[8]  Juan 10,10