REDESCUBRIR LA ACCIÓN
AUTÉNTICA DE LA FE CATÓLICA
Cuautitlán Izcalli, Méx. 31 de mayo de 2011
La Iglesia, como otras instituciones del mundo asiste a un proceso de cambio. Proceso en el que la sociedad se vuelca hacia situaciones de vida donde se le facilite y permita todo y prácticamente no se ejerza responsabilidad por nada. La Iglesia frente a estos cambios vertiginosos, influenciados por los procesos globales, promueve y defiende los derechos de las personas, que son vitales para la sana convivencia, el desarrollo de todos los pueblos, vela por el respeto a la vida y la dignidad y la puesta en común de los valores humanos y cristianos.
No queremos una Iglesia estática, reaccionaria y caduca; todo lo contrario, y de acuerdo con las enseñanzas del Santo Padre Benedicto XVI y en comunión con el pensamiento de los Obispos Latinoamericanos, nos preparamos para brindar una mejor y mayor atención a nuestras comunidades, con la puntual y necesaria participación de los agentes de pastoral en nuestras tareas como la Misión Continental, la Nueva Evangelización y la renovación y conversión pastoral de cada uno de nuestros.
Estamos convencidos que el aporte de la Iglesia a la sociedad es grande, necesario, valioso y sincero. Por ello, nos encontramos aquí esta semana, para participar dentro de la XCI Asamblea Plenaria donde revisaremos los aspectos de la preparación de los futuros sacerdotes en los seminarios, los retos y desafíos que hoy se presentan a la formación sacerdotal y los programas de actualización en los presbiterios.
Queremos constituirnos y renovarnos como Iglesia en “roca firme”, como Cristo lo indicó, y así mismo, cimentar el ejercicio del ministerio sacerdotal y episcopal para el servicio a cada bautizado y a todas las mujeres y hombres de buena voluntad.
Queremos formar sacerdotes para que promuevan la justicia; sacerdotes libres y respetuosos de todas las personas para que enseñen a vivir en el respeto, en diálogo continuo y se conviertan en constructores de paz; sacerdotes humildes al servicio de los demás, principalmente de los más necesitados, que en sus acciones se manifieste siempre el amor del Padre y la misericordia de su Hijo Jesucristo; sacerdotes alegres y fieles a su opción vocacional, para que dóciles al Espíritu Santo, sepan compartir la vida y entregarla si es necesario por amor a su Pueblo.
México requiere excelentes sacerdotes. Nuestro compromiso está con México, por amor a Dios y a su Iglesia. Reconocemos la ardua tarea del Santo Padre Benedicto XVI para vivir una comunicación cercana e intensa con todos los Pastores del mundo, lo que nos fortalece la fe, renueva las esperanzas y aclara el rumbo de nuestra vocación.
Agradecemos el amor y la misericordia de Dios para con sus hijos en el ministerio sacerdotal y por intercesión de Santa María de Guadalupe le pedimos nos haga fuertes en nuestro compromiso sacerdotal, fieles discípulos misioneros de Jesucristo para que en Él nuestro pueblo tenga vida digna.
Por los Obispos de México.
+ Carlos Aguiar Retes Arzobispo de Tlalnepantla Presidente de la CEM | + Víctor René Rodríguez Gómez Obispo Auxiliar de Texcoco Secretario General de la CEM |