jueves, 31 de marzo de 2011

DOCUMENTO DE LA CEPCOM: APARTADO I


LA IGLESIA EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN


I. Cristo el comunicador por excelencia.

Dios se comunica a sí mismo mediante el don de su Palabra. Esta palabra que permanece para siempre, ha entrado en el tiempo. Dios ha pronunciado su palabra eterna de un modo humano; “Y el verbo se hizo carne” (Jn. 1,14). (cf. V.Domini 1) Dios habla a los hombres como amigo, por medio de su Palabra, y esa palabra eterna por quien se hicieron todas las cosas, se hizo carne, se hizo hombre, es Jesucristo que nos habla palabras divinas con lenguaje humano.

Dios ha comunicado su palabra en la historia de la salvación, ha dejado oír su voz con la potencia de su Espíritu, “habló por los profetas”, y ahora nos ha hablado directamente por medio de su Hijo Jesucristo; la Palabra eterna se ha hecho pequeña, como para estar en un pesebre. Se ha hecho niño para que la palabra esté a nuestro alcance. Ahora la Palabra no solo se puede oír, no solo tiene una voz, sino que tiene un rostro que podemos ver: Jesús de Nazaret. (1)

En el Misterio Pascual el Verbo enmudece, se hace silencio mortal, porque se ha “dicho”... se ha quedado sin Palabra… aquí se nos ha comunicado el amor “más grande”, el que da la vida por sus amigos (Verbun Domini 12), Este mismo Jesús es quien confió a sus apóstoles el encargo de anunciar su Evangelio a todos los hombres “La palabra predicada por los Apóstoles, obedeciendo el mandato de Jesús resucitado: “id por todo el mundo y proclamad el evangelio a toda creación” (Mc. 16,15), es palabra de Dios. Por tanto la Palabra de Dios se transmite en la Tradición viva de la Iglesia” (Verbum Domini 7). El Evangelio es una persona viva es: Jesús de Nazaret.

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(1) Jesús tiene poder de calmar los vientos (Mt. 8,27) su voz tiene autoridad para devolver la vida “Lázaro sal fuera” (Jn. 11,43), busca a los pecadores y los defiende (cf. Mt.9,13; Lc. 8,47; Jn. 8,7)nos enseña un nuevo estilo de vida: El  amor, el servicio (Jn. 13,34-35; Mt, 20,27-28), es cercano, comprensivo, sabe dialogar (cf. Lc. 24, 13.35 con los discípulos de Emaús). Jesús pasó haciendo el bien (Hech. 10,38).