martes, 29 de marzo de 2011

LLENAR EL CÁNTARO DEL ALMA CON EL AGUA QUE DA VIDA ETERNA

MANANTIAL PARA LA VIDA ETERNA

Artículo del Pbro. Richard L. Clifford, Misionero de Maryknoll, sacerdote católico y colaborador de la Pastoral del Amor en la Arquidiócesis de Yucatán.

El pasado lunes, 21 de marzo, tuve la bendición de participar en un interesante e informativo encuentro con sacerdotes formadores, actuales y pasados, y un buen número de seminaristas, como parte de los festejos en honor de los 260 años del Seminario Mayor, "Nuestra Señora del Rosario". Rectores y ex rectores que han desarrollado sus servicios en esa casa de formación tuvieron una cita especial para compartir, junto con los seminaristas, los antecedentes y anécdotas formativas que han marcado el camino del Buen Pastor.

Interesantísimos y muy valiosos fueron los recuerdos de todos los que han tenido mucho que ver en el progresivo desarrollo de este santo centro formativo, atentos por ver su mejor desarrollo humano y espiritual. En su emotiva homilía el arzobispo Emilio Carlos Berlié Belaunzarán hizo énfasis sobre el sacerdote como un buen ser humano con sólidas raíces espirituales desarrollándose como hombre de inteligencia y buena voluntad, con sentimientos y experiencias atractivas; de un ser generoso, compasivo y accesible.

Aquella referencia al buen sentido humano enraizado en lo espiritual, es reflejada en el mismo Evangelio de hoy por Cristo mismo, en Su forma tan paciente, personal y pacífica dialogando con una samaritana.

Hace varios años, me encontraba al lado de ese mismo Pozo de Jacob -unos 30 metros de profundidad, en Samaria, territorio central de la Tierra Santa de Israel-. Llegué al mediodía, precisamente a la misma hora que San Juan (Jn. 4, 4-33) señala el momento del encuentro de Jesús con la Samaritana. ¡Cuán vívidamente podría imaginar, aun escuchar! La conversación del Maestro con esa dama pidiéndole un vaso de agua.

Aquella mujer -como sabía Jesús- era persona de dudoso carácter moral habiendo tenido 5 esposos. Es más, la mujer es samaritana y entre los judíos y samaritanos hubo una histórica enemistad de 450 años. Jesús se atreve a romper con costumbres, tradiciones, sentimientos, rivalidades, normas sociales y prácticas religiosas a fin de ser más humano, más comprensivo y "cálido" que la frialdad de leyes, odios e hipócrita religiosidad.

Esta cautivante escena, con la ternura de un lindo "toque humano", es lección en relaciones humanas, enseñanza en el sutil arte de la "psicología práctica". Nos revela a tratar gentil y pacientemente con el corazón.

La verdadera religión surge, espontánea y sinceramente, de profundos sentimientos del alma que se expresan en actos de devoción. Pero no se limita a sentir emociones del Culto y prácticas de piedad. Tampoco se encuentra sólo en grandes alabanzas al Señor, por más movidas y prolongadas que sean. Ni tiene como base una infinidad de ejercicios mentales inspirados en meditaciones orientales o filosofías esotéricas.

Aquellas actitudes "religiosas" pretenden unirnos al Todo Divino, ignorando a un Dios personal y pasando por alto fundamentales exigentes y verdades en las cuales se debe radicar la solidez de nuestra fe y la autenticidad de nuestro comportamiento moral. No se medita sólo para sentirse a gusto o para medirse aparte de todo.

No hay una "vía rápida" al conocimiento de Dios. No se ha escrito un "curso abreviado" para lograr la verdadera religión. Ningún número de ejercicios mentales puede sustituirse por la verdadera Fe. Nuestra religión, fruto de Fe, es proceso lento y seguro, sobre enseñanzas probadas por veracidad.

Queridos hermanos formadores: felicidades y gracias por las cualidades humanas y espirituales que ustedes han dedicado al buen desarrollo de los futuros sacerdotes. Dichosos los seminaristas que han llenado su cántaro del alma con las aguas espirituales convertidas en manantial de vida eterna.
_____________________________________________________________________