lunes, 21 de febrero de 2011

"A RÍO REVUELTO...", PERDEMOS LOS CIUDADANOS

"A RÍO REVUELTO...", PERDEMOS LOS CIUDADANOS

Comentario de la Oficina de Prensa de la Conferencia del Episocpado Mexicano. 

México está enfermo. Casi todos coincidimos en este doloroso diagnóstico. Las noticias que día tras día aparecen en los medios de comunicación, confirman la realidad.

El complejo fenómeno de la violencia que vivimos en nuestro país, y no nos cansaremos de decirlo, tenemos que abordarlo desde un enfoque de salud pública, lo que implica reconocer que el esfuerzo por erradicarla debe ser multidimensional, donde se requiere un análisis interdisciplinar que identifique los principales factores de riesgo sobre los que hay que intervenir; es necesaria la cooperación de todos los sectores públicos y sociales para enfrentar el problema de la violencia mediante la acción colectiva, con estrategias diversas adoptadas por todos, cada quien, según el ámbito de la propia competencia.

Surgen voces en todos los estratos sociales que nos dicen: “Basta”. Con frecuencia escuchamos: “Unos pocos no nos arrebatarán México”. Pero, ¿por qué no vemos mejoría en este y otros rubros de la vida social, política y económica…, del país?

Muchas pueden ser las respuestas y dependiendo del ángulo desde donde estemos viendo la realidad. Lo que sí es cierto es que son muchos los males endémicos que venimos arrastrando por décadas y que hoy se vienen a conjuntar con una crisis global y de cambio de época que no hemos sabido manejar adecuadamente. Seguimos anclados en estructuras que en un pasado funcionaron bien, pero que hoy ya no responden adecuadamente a los retos que la misma sociedad impone. De ahí surge la necesidad tan anhelada de las reformas estructurales que México necesita para transitar a una auténtica democracia.

Mientras, parece que estamos inmersos en una lucha por el poder donde ciertos grupos, llamados “poderes fácticos”, hacen y deshacen a su propio antojo y de acuerdo a sus intereses. Un ejemplo lo podemos constatar en la noticia que trascendió en un medio donde se decía que había una presión muy fuerte para que el Procurador dejara su cargo porque así convenía a algún grupo. ¡Que aberración!

Si bien, nuestras Instituciones tienen que mejorar, lo que menos podemos esperar es quitar al antojo de unos pocos, a algún funcionario que por sus convicciones o la propia formación recibida, se le quiera retirar de su puesto para colocar a los de la propia conveniencia. No es ese el camino en esta turbulencia en la que estamos inmersos porque todos perderemos mucho.

México se merece más y depende de cada uno de nosotros en nuestras responsabilidades dar lo mejor de sí y enfrentar con esperanza y valentía un futuro que no puede ser peor, siempre y cuando pongamos nuestro “granito de arena” en la construcción de la Gran Nación que formamos.
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