LA FAMILIA DEBE SER UNA PRIORIDAD POLÍTICA
Escrito por: Pbro. José Juan Sánchez Jácome, Titular de la Oficina de Comunicación Social de la Arquidiócesis de Xalapa.
La persona humana, por naturaleza, es un ser familiar, por lo que tiene el derecho a nacer en una familia, a vivir y a morir en familia. Además, a través de ella se prolonga la presencia del hombre sobre la tierra y se lleva a cabo el proceso de socialización de las personas.
El origen y el carácter fundamental de la familia están más allá de cualquier ideología o debate, por lo que al señalar su importancia se defiende el núcleo esencial de la sociedad y el ámbito más adecuado para el desarrollo y la formación de la persona. La Iglesia no es la única instancia que se pronuncia en este sentido. Hay muchas organizaciones sociales que están luchando a favor de la familia y piden a las autoridades mayor protección y promoción a la familia.
Por lo tanto, la familia no se favorece simplemente en una jornada sino a través de un conjunto de acciones y programas encaminados a fortalecerla. En este caso esperamos que el día de la familia, que se celebra el primer domingo de marzo, sea el marco para anunciar una serie de medidas que favorezcan el fortalecimiento de la familia y la formación en valores.
El nuevo gobierno va tomando su propio rumbo y se ha comenzado a distinguir por sus constantes pronunciamientos en materia social. Las referencias que ha hecho acerca del abatimiento de la pobreza, la superación del clima de inseguridad, la protección a los migrantes centroamericanos que cruzan por nuestro territorio y del fortalecimiento de la familia intentan responder a las demandas más urgentes de la sociedad veracruzana.
Esperamos que el tema de la familia no se convierta simplemente en un discurso de estética política sino que llegue a convertirse en una prioridad dentro de la política social del nuevo gobierno. Reconocemos que se han hecho muchos esfuerzos para favorecer a la familia, como la extraordinaria labor humanitaria y altruista que tradicionalmente viene realizando el DIF, pero se requieren grandes acciones para fortalecer la unidad familiar y la formación de los padres y de los hijos.
En la medida en que las familias cumplan su misión de convertirse en espacios de formación y humanización de las personas tendremos mejores condiciones de convivencia social. La familia representa una esperanza para superar todo este ambiente de inseguridad y violencia que ha venido cambiando el rostro del pueblo veracruzano marcado en su esencia por la fraternidad, la alegría, la paz y la chispa para vivir.
Por lo tanto, la crisis actual que enfrenta la familia -dentro de un nuevo marco cultural, dentro de un cambio de época- debe convertirse para nosotros una esperanza de renovación que dejará más fortalecida a la familia a fin de que siga cumpliendo su misión de engendrar, acoger, formar y acompañar la vida de sus miembros.
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