LA BANDERA NACIONAL MEXICANA, 190 AÑOS
Artículo de Mario Maldonado Espinosa, Asesor jurídico, publicado en la Página Editorial de la sección Local de la edición del jueves 24 de Febrero de 2011 del Diario de Yucatan.
Cumpliendo el deber. Desde hace más de 15 años, todos los días don Gilberto, un oficial de edad avanzada, con todo respeto cumple el deber de izar y bajar la Bandera Nacional. Lo hace reverente y cuidadoso; la envuelve entre sus brazos, la deposita en el lugar de costumbre y la custodia celosamente. Este acto de patriotismo tiene mucho significado, lleva inscrito la vida de una nación y sus instituciones.
190 aniversario. A pesar de los bemoles y vicisitudes por las que ha atravesado el país en los ámbitos social, económico y político, el 24 de febrero es un día para celebrar el aniversario de nuestro Lábaro Patrio, nuestra insigne Bandera Nacional.
Todos los días en plazas, iglesias, parques, oficinas, recintos de los poderes y embajadas se tremola nuestra gallarda Bandera Nacional. Un pabellón de la imagen de la Virgen de Guadalupe fue la primera bandera de México, la que enarboló en el Grito de Independencia Miguel Hidalgo y Costilla en 1810.
Para 1813 las fuerzas insurgentes diseñaron otra Enseña Nacional: una Bandera de seda blanca bordeada por una cenefa de cuadros azules y blancos, en cuyo centro se montó un águila posada sobre un nopal que ostentaba una corona imperial. Circundando el Escudo se leía una leyenda en latín que rezaba: Oculis et unguibus asque victrix, que significa "Con los ojos y las uñas, igualmente victoriosa".
Durante el Primer Imperio Mexicano se decretó que las franjas del Lábaro Patrio debían cambiar de posición. En la franja blanca se colocó el águila solitaria, con las alas abiertas y de frente, en tanto que la cabeza se plasmó de perfil, luciendo una corona imperial. Posteriormente, en 1823, el Congreso Constituyente decretó que el Escudo de la Bandera Nacional se conformara de acuerdo con la tradición indígena, es decir el águila de perfil y posada sobre un nopal devorando a la serpiente, sin la corona imperial.
Desde el 24 de febrero de 1937 se conmemora públicamente el día de la Enseña; el general Vicente Guerrero fue el primer militar mexicano que juró ante la Bandera, en el evento conocido como el abrazo de Acatempan, del 12 de marzo de 1821.
Artífices de nuestra historia. La Bandera Mexicana tiene un enorme significado, los tres colores que entonces se adoptaron, significaron en aquel entonces: el verde, la Independencia; el blanco, la pureza de la religión, y el rojo la unión. Como buenos mexicanos la debemos honrar y venerar, nos debe animar para mantener unidos a nuestro pueblo y comunidades, para hacer cada vez más sólidas nuestras instituciones.
Han pasado 190 años en que este símbolo patrio ha sido testigo de victorias, pero también de fracasos aun invocando su nombre; debemos sentirnos orgullosos de que a pesar de los vaivenes somos una nación fuerte, con una historia compartida, instituciones y gobiernos democráticos. A diferencia de lo que pasa en los países del medio oriente, este día deber ser un momento de reflexión, dejando a un lado las diferencias de pensamiento, religión, afinidades políticas o condición social, encuentros o desencuentros.
Debemos, con la mano en el corazón, seguir firmes a nuestros principios de libertad y de justicia, seguir luchando por mejorar nuestro país, humanizar la política y buscar mayores oportunidades de igualdad entre los mexicanos. Han pasado muchos años, hagamos votos para que los ideales mantengan viva nuestra esperanza y bajo la sombra de la bandera que nos identifica sigamos construyendo el México del futuro. Seamos artífices de nuestra historia, no sólo espectadores.
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