TAREA POR LOS ENFERMOS
Escrito por: Pbro. Richard L. Clifford, Misionero de Maryknoll, sacerdote católico y colaborador de la Pastoral del Amor en la Arquidiócesis de Yucatán
Estuve enfermo y me visitaste. Lo que hiciste
a uno de mis hermanos, a mí lo hiciste.
Mateo 25, 40
Son las 8:30 de la noche. Acabo de regresar del hospital donde visité a un joven señor, alto y de buena presencia. Don Alfredo fue operado recientemente, perdió su pierna derecha. A pesar del dolor, el enfermo mantenía mucha serenidad. Realmente admiro su valor y habilidad para enfrentarse de manera heroica a un evento tan serio. Después de presentarnos por unos momentos, atendí a Alfredo con el Sacramento de los Enfermos y la Sagrada Comunión. Luego, junto con sus familiares nos unimos e hicimos oraciones especiales.
Ahora, en estos momentos de la noche, me viene a la mente una infinidad de personas enfermas, con toda clase de dolencias, desde niños hasta ancianos, llenando un ambiente saturado de tristeza y ternura. Justamente, el Santo Padre Benedicto XVI, en su Mensaje para la Jornada Mundial del Enfermo a celebrarse en la fiesta de Nuestra Señora de Lourdes (11 de febrero), nos recuerda: "Ante el misterio del sufrimiento, es necesario reflexionar sobre la necesidad de hacer más sensibles a nuestras comunidades y a la sociedad civil de nuestros enfermos, para que ninguno de ellos sea marginado".
El Santo Padre hace un enérgico llamado a las autoridades para que inviertan en estructuras sanitarias que sean de ayuda y sostén por los que sufren, sobre todo los más pobres y necesitados. El Sumo Pontífice se dirige también a la comunidad cristiana, a los voluntarios y a todos los que se dedican con amor a curar y aliviar las heridas de quienes sufren, para que sepan ver en los rostros de los enfermos la figura de Cristo mismo Quien afirma: "Estuve enfermo y me visitaste. Lo que hiciste a uno de mis hermanos a mí me lo hiciste".
A cada momento estamos llamados a recordar a nuestros hermanos afligidos en hospitales, nosocomios, instituciones, casas particulares, etcétera, donde hay dolor y muchas veces desesperación. A todas estas personas las recordamos en nuestras oraciones y atenciones personales, junto con doctores, enfermeras, ayudantes, familiares, amigos y todos los relacionados personalmente con el cuidado de los afligidos, incluyendo, por supuesto, a los más de 70 voluntarios, damas y caballeros, de la "Pastoral de la Salud", quienes semanalmente visitan varios hospitales e instituciones. Fortificados, inspirados ¡y felices! son aquellos que andan en los pasos del Señor, atendiendo a los enfermos.
Debido a la Jornada Mundial del Enfermo habrá una misa para orar y bendecir a los enfermos; será concelebrada en la Iglesia de Nuestra Señora de Fátima el próximo domingo 13 de febrero a las 3:30 horas, y estará presidida por el Arzobispo Emilio Carlos Berlié Belaunzarán, en unión con el Obispo Auxiliar Rafael Palma Capetillo y varios presbíteros, quienes impondrán el Sacramento de los Enfermos. Previo a la misa se rezará el Santo Rosario junto con los asistentes.
En la persona de ese joven señor Alfredo -quien soporta su enfermedad de manera heroica a través de su propia espiritualidad y fortalecido por el apoyo, el amor y la asistencia de amigos y familiares-, saludamos con aprecio y agradecimiento a todas las personas que se preocupan por los enfermos, y nos dan un buen ejemplo de paciencia y esperanzado espíritu de confianza y consuelo en el Señor. Paz y bien.
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