lunes, 17 de enero de 2011

JORNADA MUNDIAL DEL MIGRANTE Y REFUGIADO

TAMBIEN EL MESIAS FUE UN REFUGIADO: BENDICTO XVI 

Ciudad del Vaticano, 16 de Enero de 2011 (VIS).- En la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado, que "nos invita a reflexionar sobre la experiencia de tantos (...) que dejan su país en busca de condiciones de vida mejores", Benedicto XVI se asomó a la ventana de su estudio para rezar el Ángelus del mediodía con los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro

El Papa recordó que si a veces "la migración es voluntaria, otras, por desgracia, es forzada por guerras o persecuciones, y con frecuencia tiene lugar en condiciones dramáticas. Por este motivo, se instituyó hace sesenta años el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. En la fiesta de la Sagrada Familia, justo después de Navidad, recordábamos que también los padres de Jesús tuvieron que huir de su tierra y refugiarse en Egipto para salvar la vida de su niño: el Mesías, el Hijo de Dios, fue un refugiado".

"La Iglesia, desde siempre, vive en su interior la experiencia de la migración. Desgraciadamente, en alguna ocasión, los cristianos se ven obligados a dejar, sufriendo, su tierra, empobreciendo así a los países en los que vivieron sus antepasados. Por otra parte, los desplazamientos voluntarios de los cristianos, por diferentes motivos, de una ciudad a otra, de un país a otro, de un continente al otro, son ocasiones para incrementar el dinamismo misionero de la Palabra de Dios y hacen que el testimonio de la fe circule aún más en el Cuerpo místico de Cristo, atravesando los pueblos y las culturas, y alcanzando nuevas fronteras, nuevos ambientes".

El Santo Padre se refirió a continuación al tema de esta Jornada: "Una sola familia humana", que "indica el fin, la meta del gran viaje de la humanidad a través de los siglos: formar una sola familia, naturalmente con todas las diferencias que la enriquecen, pero sin barreras, reconociéndonos todos como hermanos. (...) Por eso, es fundamental que los cristianos, aunque estén esparcidos por todo el mundo y sean por lo tanto diversos en cultura y tradición, sean una sola cosa, como quiere el Señor".

"Este es el objetivo de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, que se celebra del 18 al 25 de enero y este año se inspira en un pasaje de los Hechos de los Apóstoles: "Unidos en la enseñanza de los apóstoles, la comunión fraterna, la fracción del pan y la oración", afirmó el pontífice. "El octavario por la unidad de los cristianos es precedido, mañana, por la Jornada de diálogo judeocristiano: una cercanía de fechas muy significativa porque recuerda la importancia de las raíces comunes que unen a judíos y cristianos".

Después de rezar el Ángelus, el Papa dijo: "El 1 de mayo próximo, tendré la alegría de proclamar beato al venerable papa Juan Pablo II, mi amado predecesor. La fecha escogida es muy significativa: será el segundo domingo de Pascua, que él mismo dedicó a la Divina Misericordia, y en cuya vigilia concluyó su vida terrena. Todos los que lo conocieron, estimaron y amaron se alegrarán con la Iglesia por este acontecimiento. ¡Estamos felices!".

Por último, Benedicto XVI aseguró su oración "a las poblaciones de Australia, Brasil, Filipinas y Sri Lanka, recientemente golpeadas por devastadoras inundaciones. Que el Señor acoja las almas de los difuntos, dé fuerza a los evacuados, y ayude a cuantos trabajan para aliviar tantos sufrimientos y dificultades".

Fuente: Vatican Information Service
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