Mons. Christope Pierre, Nuncio Apostólico en México, a su llegada al Estadio Kukulcán de la ciudad de Mérida, Yuc., para participar en la XXI Ultreya Nacional del Movimientos de Cursillos de Cristiandad fue cuestionado sobre el clima de violencia e inseguridad que se vive en nuestro país, respondiendo que la violencia que sufre actualmente México en algunos lugares está motivada por el egoísmo, el individualismo, la injusticia, la pobreza y la falta de solidaridad. Remarcó que a todos corresponde hacer un esfuerzo para que la sociedad sea justa, ecuánime y buena.
“No quiero decir que vamos a resolver en 5 minutos los problemas de la sociedad, sería totalmente ilógico, pero desde nuestro lugar podemos hacer algo; por ejemplo un profesor, un maestro en su escuela, puede hacer un esfuerzo para educar bien a sus alumnos; el padre de familia para ayudar a los niños a crecer en una atmósfera de justicia y de paz, de convivencia humana, para evitar que se transformen en unas personas violentas y en unas personas injustas. Yo pienso que es el camino, y que también todos los que ejercen una responsabilidad en la sociedad: sean políticos, administradores, que todos ellos hagan un esfuerzo para que la sociedad sea justa, ecuánime, buena; eso me parece que sea el camino”.
También afirmó que en la tarea de cambiar las estructuras de la sociedad debemos contribuir todos nosotros como hombres y mujeres de fe, de esperanza y de caridad, que son los dones que Dios nos ofrece cuando entra en nuestras vidas, y que nos ayudan verdaderamente a vivir nuestra existencia humana con mucha más responsabilidad. “Esto no quiere decir que somos diferentes a los demás; somos iguales que los demás, pero la diferencia es que queremos vivir los valores del Evangelio porque creemos en Cristo”, expresó.
Sobre la excelente participación de los católicos cursillistas en esta XXI Ultreya Nacional, el Nuncio Apostólico declaró: “Los católicos son personas normales; pero lo que más me impresiona de estas más de 20 mil personas que vienen de toda la República para asistir a la Ultreya, es que son laicos de la sociedad, que ocupan todos los lugares de la sociedad, hay personas humildes, personas que tienen responsabilidades, pero todos ellos son gente que en cierto momento de su vida, precisamente a través de la experiencia del movimiento de Cursillos de Cristiandad, han descubierto a Cristo. Cristo ha entrado en sus vidas y eso ha cambiado algo en su relación personal con Dios, pero también en su relación personal con los demás, con su familia, con su trabajo. Esta gente ha caminado, y ha crecido en su fe en Dios. Y cuando uno crece en la fe en Dios, crece también humanamente. Es un poco misterioso. Es decir que hay como una gran transparencia en la vida y la gente cambia poco a poco su existencia.
Subrayó el gran esfuerzo realizado por muchos de los presentes en el Estadio Kukulcán para participar en esta XXI Ultreya Nacional, pues hay quienes han venido desde Matamoros, Tijuana, por ejemplo; han venido de muy lejos para poder estar juntos, para profundizar y celebrar su fe; para vivir también una experiencia de Iglesia, porque la Iglesia es la comunidad de las personas que creen en Jesucristo y que se asocian para reforzar su fe.
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