viernes, 17 de septiembre de 2010

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TITULARES DEL JUEVES 16 DE SEPTIEMBRE DE 2010

TRIBUNA DE CAMPECHE:

• Reconstruir el tejido social, pide Calderón (p. 2-A - Local)

* * * * * LA NOTICIA * * * * *

TRIBUNA DE CAMPECHE:

• Reconstruir el tejido social, pide Calderón (p. 2-A - Local)

En México, desde hace algunos años, muchos están obstinados en buscar quien sembró la cizaña, la mala hierba; es decir, buscan al culpable de la escalada de violencia que vivimos actualmente, pero sin afanarse en buscar algún camino de solución para detener este problema, destacó el Pbro. Fabricio Seleno Calderón Canabal.

Al igual que en varios países de América Latina y del Caribe, en México se está deteriorando, en la vida social, la convivencia armónica y pacífica, por el crecimiento desmesurado de la violencia, que se manifiesta en robos, asaltos, secuestros, y lo que es más grave en asesinatos que cada día destruyen más vidas humanas y llenan de dolor a las familias y a la sociedad, indicó.

“Algo tenemos que hacer para tratar de reconstruir el tejido social, pues si continuamos así, en algunos años más estaremos perdidos. Tenemos que esforzarnos por construir un nuevo rostro de nuestro país, buscando la paz y no la violencia, buscando la vida y no la muerte, buscando la libertad y no la esclavitud que provoca el crimen organizado y las adicciones”.

Continuar así significa creer más en la violencia que en la paz, significa aceptar todo cuanto nos propone esta sociedad de la prepotencia y de las desigualdades humillantes.

Cristo nació en una insignificante población, rodeado de pastores pobres y marginados, en un rústico pesebre.

Vivió 30 años en el silencio de la vida cotidiana; durante tres años predicó la verdad más fascinante; habló del amor y la misericordia de Dios, del perdón y de la vida eterna. Toda su enseñanza quedó sintetizada en las Bienaventuranzas.

Sin embargo, aún hoy algunos ocultan la paz, la manipulan, la desprecian, la disfrazan. Por eso es más lógico creer al ejército romano que a Magdalena y las asustadas mujeres que regresan del sepulcro.

Por eso existe un camino que va de Jerusalén a Emaús, que recorren dos hombres profundamente tristes y desilusionados. Jesús, el gran profeta en quien habían puesto sus ilusiones y sus esperanzas, fue crucificado y está muerto. En sus corazones ni siquiera cabe la posibilidad de que Jesús fuera a resucitar; para ellos todo ha terminado ya. (Sin firma. TRIBUNA DE CAMPECHE)