lunes, 6 de septiembre de 2010

CELEBRAR NUESTRA HISTORIA DESDE LA FE

Escrito por: Pbro. Fabricio Seleno Calderón Canabal


Estamos comenzando el mes de septiembre, el cual desde hace muchos ayeres es llamado Mes de la Patria, por los acontecimientos que se conmemoran durante el mismo. En septiembre los edificios públicos, las calles, las casas y hasta los automóviles, se llenan de una singular alegría tricolor, que nos llena de orgullo, pues los símbolos patrios concentran el cúmulo de vivencias, anhelos y tensiones que jalonean el alma de los mexicanos. Se puede afirmar que, en la bandera tricolor, se esconde el alma de este noble pueblo mexicano.

En este año 2010 las celebraciones están revestidas de una excepcional trascendencia, pues conmemoramos el Bicentenario del inicio de la lucha de la Independencia Nacional.

La Iglesia católica no puede quedarse al margen de esta histórica celebración, pues los hombres y mujeres que formamos parte de la Iglesia de Dios que peregrina en México somos ciudadanos mexicanos. Cada persona, o la patria misma, no vive una doble historia; una historia terrena y una historia de fe que surcan el espacio geográfico-temporal de manera paralela.

No es así. Sino que nuestra historia cotidiana se transforma en historia de salvación con la entrada de Dios a nuestra vida, a nuestra patria. «Para un creyente la historia humana es y será siempre una historia de salvación».

Por eso afirma Mons. Alberto Suárez Inda, Arzobispo de Morelia, que, ante estas celebraciones, «la indiferencia sería una falta de amor a la Patria de la que formamos parte o, peor aún, el que por cobardía no nos atreviéramos a participar como ciudadanos».

El Bicentenario del inicio de nuestra Independencia como nación mexicana es un acontecimiento digno de ser conmemorado y revalorado, pues han sido doscientos años de un caminar heroico, valiente, lleno de fe, sufrido y, en ocasiones, espinoso.

Por tal motivo, los Obispos de México celebraron una solemne Misa de Acción de Gracias a Dios por el don precioso de la libertad, al mediodía del pasado miércoles primero de septiembre en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, ya que «Ella acompañó desde su inicio a los protagonistas de este movimiento libertario y mitigó las penas de tantas familias a causa de hechos tan violentos. Ella ha sido la garante y protectora de México, como país libre y católico».

Esta solemne Eucaristía la presidió el Cardenal Norberto Rivera Carrera, quien estuvo acompañado de los Obispos de todo el país. Mons. Carlos Aguiar Retes, Arzobispo de Tlalnepantla y Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) tuvo a su cargo la emotiva homilía.

En esta misa los Obispos de México ofrecieron los propósitos de la Carta Pastoral a la Virgen de Guadalupe, “Patrona de nuestra libertad”, como la proclamara el Cura José María Morelos y Pavón, y pidieron para que la Semana de Oración por la Patria, programada del 9 al 15 de septiembre en todas las diócesis de México, dé abundantes y fecundos frutos en el corazón de todos los católicos y hombres y mujeres de buena voluntad.

Como parte de la conmemoración de estos acontecimientos históricos, los Obispos de México han elaborado una Carta Pastoral titulada "Conmemorar nuestra historia desde la Fe, para comprometernos hoy con nuestra Patria", en la que reconocen los errores del pasado, ubicándolos en su contexto histórico, e invitándonos a no quedarnos sólo en fiestas conmemorativas, sino seguir luchando por la justicia y la libertad.

«Los pueblos suelen volver la mirada a los acontecimientos fundantes y significativos de su historia para comprender su identidad, asumir objetivamente su pasado y proyectar hacia nuevos rumbos su porvenir.

Los creyentes, además de hacer una revisión desde la razón, que el mismo Ser Supremo nos ha dado como una antorcha que nos guía y nos ilumina, estamos llamados a hacer una lectura desde la fe, con el fin de reconocer la presencia divina que fecunda la historia humana con el suave rocío del Espíritu.

La gestación y el crecimiento de una nación es un proceso siempre prolongado y nunca totalmente acabado, con luces y sombras que hay que acoger con espíritu generoso y también agradecido hacia quienes contribuyeron a su realización» (Carta Pastoral, 8).

Los Obispos de México invitan a todos los católicos mexicanos a unirse a la Semana de Oración por la Patria del 9 al 15 de septiembre. En cada Diócesis, en cada parroquia, en cada familia, no debe faltar la oración diaria, una Hora Santa y la misa con esta intención.

Pidamos a Dios que, por intercesión de Santa María de Guadalupe, profundicemos en nuestra fe católica y busquemos el progreso de nuestra Patria por caminos de justicia, de esperanza, de amor y de paz.

¡Santa María de Guadalupe, Reina de México, salva nuestra Patria y conserva nuestra fe!
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