Obispos de México quieren sumarse al diálogo nacional por la construcción de un proyecto al servicio de la Nación que genere un futuro con esperanza para nuestro país.
México, D.F.- La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) presentó ayer, lunes 30 de Agosto la anunciada Carta Pastoral con ocasión del Bicentenario de la Independencia nacional. En el documento, los obispos piden al pueblo mantener sus raíces católicas y buscar la reconciliación como claves frente a los problemas sociales.
Según informa el Episcopado, con la carta titulada “Conmemorar nuestra historia desde la fe para comprometernos hoy con nuestra Patria” los obispos quieren sumarse “al diálogo nacional por la construcción de un proyecto al servicio de la Nación que genere un futuro con esperanza para nuestro país”.
“A través de esta Carta Pastoral los obispos comparten al pueblo de México un ejercicio de reflexión y discernimiento realizado durante dos años a través de diversas actividades como lo fueron las Jornadas Académicas Iglesia e Independencia -donde participaron académicos de ambientes plurales-, para comprender mejor ambas gestas históricas y la participación de la Iglesia en ellas”, agrega un boletín de prensa de la CEM.
En la carta, los obispos afirman que quieren “servir a la Nación colaborando a construir un proyecto cultural desde la fe, y queremos también ser protagonistas, junto con todo el pueblo de México, de la construcción de un futuro con esperanza para nuestro país”.
La Carta tiene 72 páginas y 140 numerales; en su primera parte “Una Mirada a la propia historia desde la fe”, recoge los hechos más significativos del pasado y señala que la vitalidad de la Fe en Jesucristo ha sido un elemento presente y dinamizador en la construcción gradual de nuestra identidad como Nación, que ha colaborado a gestar un ambiente solidario.
Asimismo destaca el papel de la Virgen de Guadalupe en el pueblo naciente, como “germen de reconciliación y fraternidad y ha continuado presente en los eventos históricos más significativos de México” constituyendo un “acontecimiento fundante de nuestra identidad nacional”.
En la segunda parte titulada, “Servir a la Nación, colaborando a construir un proyecto cultural desde la fe”, la Carta Pastoral indica que México no necesita un “proyecto de Nación” sino “un proyecto al servicio de la Nación”, que privilegie el anhelo legítimo de libertad y justicia; la inspiración cristiana que anima a las personas a luchar a favor de la promoción humana individual y social con una perspectiva trascendente, y un diálogo plural con el conjunto de ideologías que buscan también el desarrollo humano.
La tercera parte de la Carta “Protagonistas todos, en la construcción de un futuro con esperanza”, invita a “renovar nuestra conciencia sobre la responsabilidad que tenemos ante los desafíos que el presente nos ofrece”. En este sentido los obispos manifiestan su compromiso de seguir colaborando en la construcción de la Patria, con renovado ardor, “convencidos de que todos debemos ser protagonistas de los acontecimientos y no sólo espectadores”.
Proponen asumir tres prioridades fundamentales en el camino del desarrollo como Nación: combate frontal a la pobreza, educación integral y de calidad para todos, y trabajar por la reconciliación, armonía e integración, de los distintos componentes sociales.
En particular, asumen los obispos que la reconciliación debe ser un servicio de la Iglesia en medio de nuestra sociedad, a través del testimonio, del respeto, del perdón y de la valoración de los demás, aún cuando haya grandes diferencias.
Para garantizar la justicia, la libertad, la pluralidad y la continua construcción del país, los Obispos llaman a todos los actores sociales “a cerrar las puertas a cualquier tentación de emprender caminos violentos que sólo provocan muerte, atraso y destrucción”. Advierten, asimismo, al final del documento, que: “a aquellos que buscan sembrar un estado de miedo y de muerte, mediante actividades ilícitas y delincuenciales poniendo en riesgo todo lo que hemos alcanzado en nuestro camino histórico, como es la libertad y las instituciones democráticas, debemos decir que la auténtica sociedad mexicana los repudia y la Iglesia los llama a la conversión que los haga reencontrar los caminos de bien y de justicia”.
La Carta Pastoral concluye que “México es una gran nación con una historia y una vocación providenciales, un país bendecido por Dios que debe seguir su camino, siempre inconcluso, hacia su propio desarrollo, en colaboración fraterna con las demás naciones del Continente Americano y del mundo entero.
Los obispos exhortan a dar gracias a Dios por todos los beneficios que ha recibido nuestra Patria; a pedir perdón por las infidelidades de sus miembros; a pedir la gracia y creatividad, en la caridad necesarias, para impulsar junto con todos los mexicanos un verdadero desarrollo para nuestro país, y a unirse en plegaria ante Nuestra Señora de Guadalupe “Patrona de nuestra Libertad”.
En la presentación de la carta –celebrada en el Polyforum Cultural Siqueiros- estuvieron presentes el Arzobispo de Tlalnepantla y Presidente de la CEM, Mons. Carlos Aguiar Retes; el Arzobispo de Morelia, Mons. Alberto Suárez Inda; el director del Centro de Investigación Social Avanzada (CISAV), Dr. Rodrigo Guerra López; el responsable del tarea de Cultura de la Arquidiócesis de México y miembro de la Comisión Teológica Internacional, Pbro. Dr. Mario Ángel Flores Ramos, y la académica e investigadora del Colegio Mexicano, Dra. Soledad Loaeza Tovar.
Los obispos recordaron que este miércoles 1 de septiembre al mediodía tendrá lugar la Concelebración Eucarística en la Basílica de Guadalupe, para dar gracias a Dios por el don de la libertad y ofrecer a María de Guadalupe los esfuerzos pastorales de la Semana de Oración por el País, que se llevará a cabo del 9 al 15 de septiembre en todo México.
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