lunes, 16 de mayo de 2011

PAUSAS PERSONALES Y PASTORALES

PAUSAS PERSONALES Y PASTORALES

Artículo del  Pbro. Richard L. Clifford, Misionero de Maryknoll, sacerdote católico y colaborador de la Pastoral del Amor en la Arquidiócesis de Yucatán.


"Quiero invitarte a pensar en el sentido de tu vida y en la necesidad que todos tenemos de hacer pausas para observar el rumbo de nuestra existencia... Esas pausas se ven enriquecidas por la compañía de los sacerdotes: cuando nos escuchan en la confesión, cuando nos dan dirección espiritual, cuando nos orientan en la homilía dominical, nos bendicen en matrimonios, bautismos o aniversarios, cuando nos consuelan e infunden esperanza ante la muerte de un ser querido", dijo el presbítero Jorge Antonio Laviada Molina, rector del Seminario Mayor.

Estas palabras señalaron el inicio de la "Semana del Seminario" el lunes 9 de mayo, con la exhortación al "Pueblo de Dios" de unirse con el espíritu y entrega de muchos jóvenes seminaristas -y los entusiasmados en ofrecer su tiempo y su trabajo, confianza y colaboración, a fin de dar testimonio de su estimación por todas las personas inspiradas e impulsadas a colaborar en llevar adelante la admirable labor de formación sacerdotal que nuestro Seminario Mayor va cumpliendo, ¡desde hace 260 años!

Cuento entre mis grandes bendiciones la oportunidad de colaborar -¡sencillamente!- en la magna obra formativa del seminario, feliz de unirme a tantos buenísimos pastores cuya sabia dirección ha ido plasmándose en la venerada casa de estudios, desde ese primaveral martes del 27 de marzo de 1750.

¡Qué lindo recuerdo guardo de mi primera visita a esa venerable casa de formación en la colonia de Itzimná, hace más de 30 años! Mientras caminaba por sus portales, patios y jardines, sentía estar en un ambiente hogareño, enlazado a una gloriosa historia de vida.

Por fortuna, semejante ambiente ha sido parte de mi vida sacerdotal desde los primeros años, cuando inicié mi obra pastoral en los Andes del Perú como uno de los maestros formadores de nuestro Seminario de "San Ambrosio".

Recién llegado a México fui invitado a colaborar en la obra del Seminario como confesor y consejero, y últimamente dirigente de retiros de preordenación. Allí sentía gran gusto de unirme a otros dos sacerdotes de Maryknoll -el R.P. Vicente Mallon M.M. y el R.P. Leo Melancon M.M., quienes desempeñaron una loable labor en el Seminario por 28 años, en donde ganaron el amor y el aprecio de los seminaristas.

Tanto esos dedicados misioneros como sus hermanos que los acompañaban en su labor misional a través de la Península de Yucatán, siempre guardaban un profundo aprecio por la bendición de cumplir su sacerdocio misional entre buenísima gente con quien establecieron un estrecho enlace desde su llegada acá en el año 1943, ¡afirmando que los sacerdotes yucatecos les habían enseñado a ser buenos misioneros!

Hoy día, la identidad de los Misioneros de Maryknoll con la Arquidiócesis de Yucatán, bajo la coordinada dirección del arzobispo Emilio Carlos Berlié Belauzarán y estimados laicos y religiosos, me vienen a la mente en esta gran fiesta del "Buen Pastor" y en estos momentos cuando la Sociedad Misionera de Maryknoll está en la vísperas de celebrar un centenario de su fundación (el 29 de junio de 1911).

Queridísimos hermanos religiosos y laicos, con quienes ha sido un gran placer compartir aquellas "pausas personales y pastorales" de las que habla el padre Laviada, les mando mi aprecio y agradecimiento por todo lo que los misioneros de Maryknoll hemos recibido, a través de los momentos humanos y espirituales compartidos en el Señor.
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