lunes, 30 de mayo de 2011

EL PRIVILEGIO DE SERVIR A TODOS


EL PRIVILEGIO DE SERVIR A TODOS

Artículo del  Pbro. Richard L. Clifford, Misionero de Maryknoll, sacerdote católico y colaborador de la Pastoral del Amor en la Arquidiócesis de Yucatán.

El pasado domingo 22 de mayo se leyó en la Misa el pasaje de los "HecHos de los Apóstoles", cuando la naciente comunidad cristiana escogió a sus primeros diáconos. Desde aquel momento histórico la vocación del diaconado ha marchado adelante, dignamente, ejerciendo su misión especial; incluso, el primer mártir de la Iglesia Católica fue el diácono San Esteban (Hechos 7, 1-59).

Hoy día hay unos 40,000 diáconos católicos, la mayoría en los Estados Unidos y en Europa. En México hay unos 800 y nuestra Arquidiócesis de Yucatán tiene 38 diáconos, mientras que en el D.F. hay 150. La mayoría está en san Cristóbal de las Casas, con 340.

Hace tres años (23 de enero de 2008) la parroquia de San Sebastián fue bendecida con la ordenación diaconal del maestro Ángel Barahona Zapata, vecino de la parroquia, gran amigo personal, catequista y acompañante parroquial por más de 25 años.

El diácono Barahona Zapata ha sido, también, como un "Ángel de la guarda" en su rol de maestro de niños y jóvenes durante 35 años.

Hablando de su ordenación, Ángel afirma: "Gracias a Dios tengo una extensa y feliz experiencia con niños, jóvenes y adultos. También como maestro he tenido mucho que ver con variedad de alumnos y sus familias en San Felipe, Celestún, Maxcanú y Umán. Como director de los planteles escolares en Hocabá Telchac Pueblo y actualmente en Mérida, en el Colegio Joaquín Coello Coello".

Ambientado en el relato de la creación del diaconado en la Iglesia naciente y reflexionando sobre sus tres años de ministerio diaconal, Ángel nos ofrece las siguientes reflexiones de su experiencia:

"El Diácono siempre desea ofrecer un servicio a la gente, en un ambiente de aprecio mutuo y amistad. Es reconfortante sentir el profundo respeto de la gente. Como diácono me siento privilegiado de estar muy cerca de la gente, bendecido por servir a la Iglesia. Estoy orgulloso de ser miembro del ministerio eclesial que se inició con tanta apertura a las necesidades de los nuevos cristianos. Nuestra vocación nos ofrece la oportunidad de apreciar de manera más sentida y cercana lo que es la maravillosa institución eclesial de grandes dones espirituales emanados de nuestra Madre Iglesia.

"Durante mis tres años de diaconado he tenido el privilegio de estar más unido a los fieles, dignamente dirigido por normas, principios, valores y virtudes de una comunidad humana y espiritual.

"Aprovecho esta oportunidad para agradecer a todos los religiosos y laicos que en estos tres años me han ofrecido su colaboración y confianza, amistad, amor y apoyo real; como dice nuestro arzobispo, Emilio Carlos Berlié Belaunzarán: 'El diaconado es una gracia grande recibida de Dios. Este ministerio hace presente a Cristo'.

"Saludo a mis hermanos diáconos y les agradezco la bendición de compartir su espíritu fraternal y confianza en cada momento. Pidamos al Señor la gracia de servirle bien en nuestra consagrada vocación".
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