jueves, 14 de abril de 2011

LA UNIÓN SACRAMENTAL ES UNA BENDICIÓN DE DIOS PARA TODA LA VIDA

DIÁCONOS POR LA FAMILIA

Artículo escrito por Mons. Felipe Arizmendi Esquivel, obispo de san Cristóbal de las Casas, Chiapas.

VER

Hace poco, realizamos el XXII Encuentro Diocesano de Diáconos Permanentes, sobre la realidad del matrimonio en nuestras comunidades. El objetivo fue: Desde la Palabra de Dios y la enseñanza de los mayores, profundizar en la realidad del matrimonio, para fortalecer la vida de las familias. En nuestra diócesis hay más de 300 diáconos permanentes, la mayoría indígenas y todos casados. Son un tesoro y una gran fuerza para la evangelización inculturada. Pero viven el tiempo presente y les preocupa lo que está pasando entre ellos y en otras partes, pues el contagio se extiende, como el divorcio del jefe de gobierno capitalino, que es parte de la cosecha que están recogiendo quienes han atacado en sus leyes a la familia y a la vida. Los electores dirán si así les tienen confianza.

Dijeron los diáconos: Nuestros antepasados respetaban la unión matrimonial como lo más sagrado que Dios les había dado; por eso no había muchos divorcios. La realidad actual es muy diferente: muchos jóvenes viven en unión libre, porque ya no quieren compromiso; se resisten a casarse por la Iglesia porque les cuesta mucho vivir la fidelidad. Ya no hay respeto; hay adulterio; no hay atención a los consejos de los mayores ni a la Palabra de Dios. El alcohol daña mucho la vida de la familia.

Muchas parejas no respetan los compromisos que tienen como esposos. Incluso la ley dice que ya se pueden casar hombres con hombres o parejas en convivencia. Algunos ya no se casan por formar una familia, sino por deseo. Estamos viviendo un tiempo donde todo se permite. Se ve el sacramento del matrimonio como un simple contrato social, ya no como sagrado; se ha perdido el temor a Dios.

Para muchos el matrimonio ya no tiene sentido, ya se pasó a lo moderno, ya lo celebran como en la tele. Hay mucho gasto en la celebración. Se casan y luego se separan por pleitos, por “aburrición” con la esposa y el esposo. Hay infidelidades, falta de comunicación, machismo y vicios, que provocan problemas graves y separación definitiva. Por la migración, unos ya no regresan, traen otras mañas, buscan otra mujer y la familia se echa a perder.

También anotaron cosas positivas: Hay más comprensión entre la pareja, igualdad en la toma de decisiones, temor de Dios, más respeto y comprensión.

JUZGAR

Al hacer un análisis sobre la realidad, dijeron: Nuestros antepasados respetan este santo sacramento porque tienen temor a Dios. Se unen en nombre de Cristo; por eso no se separan. Es Dios el que nos une y nos bendice. Creemos que es algo sagrado y por eso nos queremos, nos respetamos y amamos.

El Papa Benedicto XVI, en su mensaje a las comisiones episcopales de la familia y de la vida en América Latina, dijo: “La familia es el valor más querido de esas nobles tierras. Se constata con dolor, sin embargo, cómo los hogares sufren cada vez más situaciones adversas provocadas por los rápidos cambios culturales, por la inestabilidad social, por los flujos migratorios, por la pobreza, por programas de educación que banalizan la sexualidad y por falsas ideologías. No podemos quedar indiferentes ante estos retos. En el Evangelio encontramos luz para responder a ellos sin desanimarnos. Cristo con su gracia nos impulsa a trabajar con diligencia y entusiasmo para acompañar a cada uno de los miembros de las familias en el descubrimiento del proyecto de amor que Dios tiene sobre la persona humana. Ningún esfuerzo, por tanto, será inútil para fomentar cuanto contribuya a que cada familia, fundada en la unión indisoluble entre un hombre y una mujer, lleve a cabo su misión de ser célula viva de la sociedad, semillero de virtudes, escuela de convivencia constructiva y pacífica, instrumento de concordia y ámbito privilegiado en el que, de forma gozosa y responsable, la vida humana sea acogida y protegida desde su inicio hasta su fin natural. Por este motivo, la pastoral familiar tiene un puesto destacado en la acción evangelizadora de cada una de las Iglesias particulares” (28-III-2011).

ACTUAR

Nuestros diáconos propusieron: Desde la Palabra de Dios, decir siempre la verdad en lo que se refiere al matrimonio: que la unión sacramental es una bendición de Dios para toda la vida y los compromisos que se adquieren. Amarnos hasta que la muerte nos separe.

Seguir las sanas costumbres de nuestros antepasados, no dejarnos llevar por el consumismo. Que haya una preparación adecuada. Aconsejarlos desde la Palabra de Dios, no tomar trago, no buscar otra mujer y no maltratar a la esposa ni a los hijos. Buscar personas preparadas que los acompañen. Que tengan mucho cuidado con las ideas de la modernidad. Acompañarlos en casos de conflictos. Realizar encuentros matrimoniales que ayuden a fortalecer la fe de las parejas.
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