domingo, 10 de abril de 2011

LA FE AYUDA A LA SALUD

QUIEN NO PRACTICA SU RELIGIÓN VIVE MENOS

Crónica de la periodista Claudia Sierra Medina, sobre la comferncia que impartió el Obsipo de Campeche en el Foro: "'Cómo está tu salud mental", publicada ayer sábado 9 de Abril de 2011 en el Diario de Yucatán.

"La vida espiritual sí ayuda a tener una mejor salud", afirmó monseñor Ramón Castro Castro, obispo de Campeche, en el II Foro "¿Cómo está tu salud mental? Estrés, familia y espiritualidad", que la asociación Amanecer Nuevamente realizó ayer en el Foro Cine Colón.

El Prelado dijo que, con base en resultados de estudios que se han efectuado en el extranjero principalmente, tener una práctica espiritual representa beneficios para la persona: disminuye las tasas de depresión, los niveles de estrés y ansiedad y, en algunos casos, ayuda a prolongar la vida de personas con enfermedades como el cáncer.

Estas personas, abundó, tienen una paz interior, menor incidencia de trastornos psiquiátricos y menos tasas de suicidios; incluso, aseguró que la práctica espiritual puede ser de ayuda en problemas psiquiátricos.

"Jesús, Hijo de Dios, es la salud", subrayó monseñor Castro ante las 300 personas que llenaron el Foro Cine Colón.

El Prelado fue invitado a impartir la conferencia "La importancia de la vida espiritual en la salud mental", la última del programa. En ella recordó que la salud está compuesta por las dimensiones física, moral, social, espiritual e intelectual.

Dejó en claro que todas son muy importantes, pero hizo énfasis en la relevancia de "la salud espiritual sobre la física".

"La oración, la meditación ayudan en la enfermedad y también a prevenirla", dijo. "Estudios efectuados en varias partes del mundo arrojan resultados abrumadoramente positivos".

Añadió que todos los aspectos positivos de la práctica de la espiritualidad han llevado, en buena medida, a que dos terceras partes de las universidades que imparten la carrera de Medicina en Estados Unidos hayan incluido un curso sobre el tema en sus programas de estudios.

Aclaró que las ventajas están asociadas a las personas que se comprometen a vivir la espiritualidad y no a las que únicamente van a misa los domingos o asisten a los oficios en Semana Santa. "Quien está conectado a la vida espiritual de esta manera vive más, le ayuda en problemas del corazón y mentales".

"Quien no practica su religión vive menos", manifestó.

El Obispo invitó a la comunidad a ser responsable con su salud y, por tanto, evitar el tabaquismo, alcoholismo, consumismo y otras conductas nocivas.

Después se realizó una sesión de preguntas y respuestas.

Antes de la intervención de monseñor Castro Castro, el padre Jorge Carlos Menéndez Moguel, párroco de Las Américas, tuvo también una participación en el foro, en el que habló de "Familia y salud mental".

El sacerdote se refirió a la importancia del acompañamiento de la familia a las personas enfermas. "La atención es la responsabilidad más alta de la sociedad, la persona y la familia".

"Al enfermo mental se le ha de prestar atención médica que lo alivie y sane. La familia es responsable de la atención afectiva del enfermo y nadie puede suplir esto. Es la que le ayuda a aceptar el sentido del dolor".

El padre "Manito" recordó que las personas en esta situación no se relacionan fácilmente con el entorno. "Es cuando la familia debe luchar, ser muy paciente, hacer vida la enseñanza: 'Trata como quieras que te traten'".

Lamentó que instituciones de salud consideren a los pacientes como sólo números. "Un hospital, una clínica, una institución de salud debe ser un templo, una iglesia para el enfermo, donde tiene que ser tratado como es".

El programa del foro, que comenzó a las 5 p.m., incluyó también ponencias sobre el estrés, los servicios de salud mental en el Estado y la atención que ofrece el Hospital Psiquiátrico "Yucatán", a cargo de funcionarios y médicos invitados.

Condujo el evento Alejandrina Escaroz Soler, directora de Amanecer Nuevamente, una casa de atención a personas con problemas de salud mental que se encuentra en la carretera Mérida-Progreso, desviación norte.
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