CONSTRUCTORES DE PAZ
Artículo de Claudia Sierra Medina, publicado en la edición del sábado 5 de Febrero de 2011, en la sección "Religión" del Diario de Yucatan.
"Una persona con un corazón nuevo, lleno de Dios y de la verdad seguramente va a cambiar la realidad en que vivimos", considera Mons. Ramón Castro Castro, obispo de Campeche.
Espera que en el actual ambiente de violencia que vive el país "todos seamos constructores de paz, ¡esto es urgente!".
"Tu fe en Dios ilumina la verdad", dice el Prelado, quien, como estaba previsto, presentó anteanoche a un centenar de personas la exhortación episcopal "Que en Cristo nuestra paz, México tenga una vida digna" de la Conferencia del Episcopado Mexicano, en la iglesia de El Señor de la Divina Misericordia.
Mons. Castro es representante de la Dimensión Justicia, Paz y Reconciliación de la Comisión de Pastoral Social de la CEM. "No somos sociólogos, ni psicólogos de la criminología, ni políticos, sino pastores y presentamos algo que estamos viendo", declaró a los asistentes.
Dijo que los factores que contribuyen a la violencia son las insuficientes reformas económicas, el desempleo, el subempleo, la corrupción, la violencia institucionalizada y la impunidad, entre otros. "Una tristeza palpable es la pésima procuración de la justicia", añadió.
A éstos se suma el educativo, el Obispo dijo incluso que "tenemos una emergencia educativa". Además, algunos medios de comunicación "aumentan la percepción de la violencia".
Cuando tocó el aspecto religioso, el Obispo de Campeche admitió que "también nosotros tenemos la culpa, no hay una buena evangelización".
La pérdida del sentido de Dios hace que falte la conciencia del pecado, aseguró. Y en ese sentido preguntó: ¿Qué significa ser cristiano en esta situación de violencia? ¿Qué podemos hacer?
El Prelado añadió que la persona que esté llena de Dios y de verdad cambiará la realidad. "El demonio anda como león viendo a quién devora. El mal siempre está detrás de mí. ¡Hay que desenmascarar el mal!".
"El que quiere la paz tiene que encontrarse con el Príncipe de la Paz que es Jesús", manifestó. "El encuentro personal hace que el corazón cambie, es la puerta de entrada a la salvación, es recuperar la identidad cristiana".
"Tenemos que ser testigos del amor de Dios. Por más policías que haya en el mundo, si no nos renovamos, vamos a seguir igual", remarcó.
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