Escrito por: Pbro. Fabricio Seleno Calderón Canabal
Desde hace 20 años, en 1990, durante el V Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, se instauró el 28 de septiembre como “Día Internacional por la despenalización del aborto en América Latina y el Caribe”, que trata de ser una defensa del derecho al aborto.
En la ciudad de Campeche esta fecha no podía pasar desapercibida; se llevó a cabo un panel denominado “Interrupción legal del embarazo”. Ese mismo día, la asociación civil “Católicos por el Derecho a Decidir”, hizo públicas sus intenciones de pedir al Congreso del Estado la despenalización del aborto.
Como bien explicó Mons. Ramón Castro Castro, obispo de Campeche, en entrevista que le hicieron al día siguiente, «aunque son libres de hacer lo que quieran, no deben hacerlo en nombre de los católicos, porque es una usurpación muy grave de lo que es la catolicidad».
Además, señaló que «normalmente, estos jóvenes están formados por ideologías de organizaciones que pagan y dan una buena compensación económica; y más que por principios, actúan por ignorancia y por conveniencia»,
Católicos por el Derecho a Decidir (CDD) es una asociación civil que ningún vínculo tiene con la Iglesia Católica. Absolutamente, NINGÚN VÍNCULO TIENE CON LA IGLESIA CATÓLICA. Es una Asociación civil abortista que recibe fondos de algunas fundaciones nacionales y extranjeras. Su agenda en México y Latinoamérica es clara:
* Apoyar el disenso católico en el tema del aborto y los anticonceptivos.
* Proporcionar a los católicos una “alternativa racional” (así le llaman ellos) a la doctrina de la Iglesia. De hecho, la campaña que hace unos meses lanzaron en Campeche y otras ciudades capitales del país le llamaron Otra mirada católica del aborto.
* “Educar” (así dicen ellos) sobre los derechos de salud reproductiva en México y América Latina.
Así esta organización abortista intenta alcanzar su objetivo principal: Eliminar toda oposición a la legalización del aborto, especialmente de la Iglesia Católica.
Tal vez nos cuestionemos sobre el por qué los integrantes de CDD no pueden ser considerados católicos, en el sentido pleno de la palabra “Católico”.
La respuesta es sencilla. Quienes integran esta asociación civil abortista no pueden ser considerados católicos porque un católico es aquél que acepta la doctrina de Jesucristo, la Sagrada Escritura, la Tradición de la Iglesia y está en comunión con el Papa y su Magisterio, es decir, la enseñanza de los Papas, la cual nunca puede ser contraria a la doctrina y enseñanzas de Jesús.
Quizá son bautizados en la Iglesia Católica, pero nunca católicos en comunión con la Iglesia, puesto que rechazan la doctrina sobre la vida. Jesús es la Vida y ha venido a traernos la vida en abundancia. Su evangelio es el Evangelio de la Vida.
Demos una mirada a la vida cotidiana: Hoy que se hablan de redes sociales y demás comunidades del ciberespacio. Si quiero pertenecer a Facebook, por ejemplo, tengo que abrir una cuenta con unos datos personales, pero además tengo que aceptar los términos y condiciones que el administrador de dicha red social establece.
Si no los acepto, no puedo tener cuenta en Facebook y por tanto no puedo ser facebookero; podré entrar a facebook de visita, pero no podré ingresar a los perfiles de los suscriptores, puesto que no dispongo de una cuenta propia; por tanto, no soy miembro de facebook, hasta que yo acepte los términos y condiciones de dicha red social.
Lo mismo sucede en cualquier comunidad educativa. Si yo quiero estudiar medicina, por ejemplo, en la Universidad Autónoma de Campeche, me inscribo y acepto el reglamento interno de la comunidad estudiantil universitaria. Si no lo respeto, me expongo a que me expulsen de la comunidad universitaria, y ya no soy más Estudiante Regular de la Universidad Autónoma de Campeche.
Puedo visitar el campus universitario; incluso puedo, si me lo permiten, entrar a un salón de clases y participar en una clase, pero no por ello soy miembro de la comunidad universitaria. Si no acepto los términos y condiciones que me piden aceptar, no soy integrante de aquella comunidad. No podré ser alumno de la Universidad, aunque yo a diario vaya al campus universitario y me encuentre y converse con alumnos de dicha institución.
Y así en todo grupo humano, en todo grupo social. Y la Iglesia es una institución, desde el punto de vista humano, inserta en una sociedad. Una institución que cuenta con un reglamento interno, que es el Código de Derecho Canónico.
Quien quiera ser parte de la comunidad Católica tiene que aceptar la doctrina de Jesucristo, plenamente, y no únicamente lo que le conviene o le gusta de la doctrina de Jesús. Pues no es una religión de restaurant donde del menú que me presenta el mesero, elijo lo que me gusta.
Por tanto, quienes integran esta asociación civil, no son católicos porque no toman en cuenta lo que dice la Iglesia al respecto del derecho a la vida que tienen los niños por nacer. Son falsos católicos, o, cuando mucho, bautizados en la Iglesia católica, pero nunca católicos en comunión con la Iglesia.
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