¿CÓMO SE HACE UN SACERDOTE?
Artículo del Pbro. José Benino Zilli Manica, publicado en el Semanario Alégrate de la Arquidiócesis de Xalapa, en su edición del Domingo 17 de Julio de 2011.
Cada año...
Cada año egresan miles de las facultades que luego no encuentran trabajo apropiado para el tipo de estudios que han terminado. En cambio, el Seminario produce muy pocos sacerdotes a quienes sobra trabajo, especialmente en las barriadas y en los pueblos.
No es por voluntad propia...
El llegar a ser sacerdote en el fondo no es por voluntad propia. Se dice que se necesitan dos llamadas o vocaciones: una que hace Dios mismo en el corazón del joven y otra que es la que hace el obispo en nombre de la comunidad cristiana.
Por supuesto se necesita voluntad...
Por supuesto se necesita voluntad propia, porque el ideal aparece en el corazón sobretodo en la infancia y en la juventud, y es un ideal de consagración y entrega, aunado a una idea de liderazgo de la comunidad cristiana. El que quiere ser sacerdote quiere llegar a dirigir o participar en lo que se llama la capitalidad de Cristo en su cuerpo que es la Iglesia.
¿Cómo discernir?...
Cuesta saber si esta voluntad de ser sacerdote es cosa de Dios o es una mera veleidad o falsa ilusión. Para ello están los años de lo que se llama «formación» y la vida en el Seminario junto a varios sacerdotes, cada uno representa un ejemplo diferente de lo que es un presbítero.
El verdadero ideal...
Pero el verdadero ideal no es ser como los sacerdotes del Seminario, sino como los presbíteros que ejercen la función de párrocos, vicarios o rectores, en medio de la comunidad cristiana. A cada sacerdote, le tocarán miles de almas de las cuales de alguna manera se hace responsable tanto de la iluminación espiritual como de la dotación de los sacramentos. Él es pastor, él es el padre.
Los verdaderos paradigmas...
Los verdaderos ejemplos para un futuro sacerdote no están en los llamados escolásticos, como santo Tomás de Aquino o san Buenaventura, que tenían frente a sí estudiantes y novicios, sino los padres de la Iglesia como san Agustín o san Juan Crisóstomo, que se movían en medio del mundo dirigiendo a las comunidades.
Una determinación completa...
El que va a ser sacerdote necesita una determinación más grande que la del que hace una carrera universitaria. Son años y años en que su espíritu es moldeado para que pueda por fin ser apto de la llamada del obispo. La llamada del obispo es lo que propiamente se llama vocación. Pero a esto ha precedido un ideal o una determinación admirable que solamente pocos pueden entender.